Aunque todavía no se termina la pandemia, poco a poco a vida regresa a la nueva normalidad. Eso quiere decir que es hora de empezar a planear el siguiente viaje, y no hay mejor región para empezar que México. Nuestro país cuenta con opciones que satisfacen las exigencias de los diferentes tipos de viajeros, de los que buscan museos, aventuras, buena comida o paisajes únicos.
En esta nación las posibilidades son infinitas; hay tanto que ver que antes de iniciar la aventura es fácil perderse entre la variedad de sitios, rutas, eventos, festejos y manifestaciones culturales. Entonces, para facilitarles la tarea, Travesías creó un nuevo sitio dedicado a México y a todo lo que este país tiene para contemplar y aprender. Aquí encontrarán, sobre todo, inspiración, y una buena colección de destinos que a veces por tenerlos tan cerca no nos percatamos de lo grandes y geniales que son.
Por lo pronto, aquí les dejamos una lista de actividades que todo viajante (o mexicano) debe hacer al menos una vez en la vida.
Subir la Pirámide del Adivino en Uxmal
Esta construcción, que supera los 30 metros de altura, se encuentra en Uxmal, a una hora al sur de Mérida. Hay que subir unos 150 escalones, los cuales forman una pendiente de 45º pero que, en la cima, ofrecen una vista panorámica al sitio arqueológico y al entorno selvático.
Hacer senderismo en el Iztaccíhuatl
Esta montaña comparte, junto con el Popocatépetl, el Paso de Cortés, un sendero amigable que avanza entre ambos volcanes en medio de una atmósfera de aire fresco y limpio. Los más aventureros pueden continuar escalando la pendiente del Iztaccíhuatl y, dependiendo del tiempo, la experiencia y el equipo, llegar hasta la rodilla (nivel intermedio), el ombligo o el pecho (más difícil).
Nadar en un cenote
La península de Yucatán es conocida, entre muchas otras cosas, por sus cientos de cenotes. Algunos son subterráneos, otros están cerrados, otros resguardan vestigios de los mayas y algunos otros se pueden visitar. Nada se compara a contrarrestar el calor húmedo de la región con un clavado en el agua dulce de uno de estos agujeros naturales.
Recorrer el norte en el Chepe
Uno de los pocos trenes de pasajeros en el país, es también uno de los viajes obligados en México. Desde Los Mochis, Sinaloa, hasta Chihuahua, Chihuahua, estos vagones llevan a las personas por paisajes nevados en inviernos y exuberantes en verano, puentes, túneles, acantilados y pueblos mágicos con vistas inolvidables.
Tomar el sol en las Islas Marietas
Se trata de una serie de islas de origen volcánico que se encuentran en Bahía de Banderas, cerca de Puerto Vallarta. Una de ellas, la Isla Redonda, alberga una playa que, en sí, está dentro de un cráter y que únicamente es accesible a través de un pasadizo acuático.
Deslizarse por las Dunas de Samalayuca
En el corazón del desierto de Chihuahua, a menos de una hora al sur de Ciudad Juárez, se encuentran un tramo de desierto inundado por enormes dunas de arena. Este lugar, de atardeceres incomparables, se puede disfrutar caminando, a caballo, o deslizándose en sandboard cuesta abajo.
Manejar por la carretera Transpeninsular
La carretera federal número uno es aquella que parte de Tijuana y termina en Cabo San Lucas, después de poco más de 1,700 km. Esta vía ofrece tramos que van al borde de acantilados (Tijuana-Ensenada), rectas que atraviesan el enigmático Valle de los Cirios o algunos que bordean el litoral de la península de Baja California cerca del mar.
Asistir a la Guelaguetza
Con un trasfondo que llega hasta la Conquista, la Guelaguetza es un evento que se celebra anualmente en Oaxaca en julio. Durante días, la ciudad se vuelca en danzas populares, música folclórica, faroleros, vestuarios y personajes de las ocho regiones del estado oaxaqueño.
Vivir la Feria de San Marcos
Aguascalientes se convierte en el centro nacional durante abril y mayo, durante la Feria Nacional de San Marcos. Esta es una oportunidad única de conocer la gastronomía regional del Bajío, palenques, presentaciones de danza y teatro, juegos mecánicos, corridas de toros y hasta exposiciones ganaderas.
Probar vino del Valle de Guadalupe
La región norte de Baja California, entre ambos mares, es una cordillera seca que goza de clima mediterráneo, por lo que ahí se encuentran las mejores vitivinícolas del país. Dormir en hoteles boutique, comer en restaurantes de autor y tomar recorridos guiados por los campos de vid son algunas de las actividades que se pueden realizar.
Perderse en el Museo Nacional de Antropología
Desde su inauguración en 1964, este recinto en la capital del país no ha dejado de sorprender a locales y extranjeros por igual. En 22 salas y 45 mil metros cuadrados, se puede viajar al pasado y conocer las culturas mesoamericanas: aztecas, toltecas, olmecas, mayas, zapotecas y más.
Conocer Pátzcuaro en Día de Muertos
Este pueblo mágico a orillas de lago del mismo nombre, en Michoacán, se transforma a finales de octubre y principios de noviembre en un aura luminosa y cálida de veladoras, pétalos de cempasúchil, flores coloridas y música popular. Vale la pena ir en lancha hasta la isla de Janitzio, que destella desde la distancia.
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