Aguascalientes es sede de una de las ferias mexicanas con más reconocimiento internacional: la Feria de San Marcos.
Entre ferias y toreros, Aguascalientes es una ciudad con una gran oferta cultural, que se manifiesta en la alegría hidrocálida. Un destino perfecto para pasar un fin de semana, con amigos o en familia.
Aguascalientes es un destino cultural inadvertido en México. Tierra de toreros y cuna de artistas —aquí nacieron Saturnino Herrán y José Guadalupe Posada— además de semillero de futbolistas. Pero Aguascalientes encierra muchas otras razones para ser elegida como destino para abandonar la rutina. Su centro histórico esconde asombrosos edificios, historias, colores y expresiones artísticas en cada rincón. Ahí en la Plaza de la Patria hay una explanada llena de árboles y bancas en la que se alza la Exedra, monumento de 1808 que después se coronó con una representación del escudo nacional como homenaje a la Independencia de México.
La oferta museística de Aguascalientes es extensa. En el Templo del Encino, por ejemplo, se encuentra el Museo de José Guadalupe Posada.
Frente a esa plaza se encuentra la Catedral Basílica de Nuestra Señora de la Asunción, la edificación religiosa más importante e icónica de la ciudad. Su arquitectura de cantera obedece al estilo barroco novohispano, y en la construcción estuvo involucrado el célebre artista autodidacta Refugio Reyes Rivas.
El arte novohispano se encuentra en numerosos recintos del centro.
Otros espacios que se pueden conocer en un paseo por el centro son el Palacio de Gobierno, el Palacio Legislativo, el Teatro Morelos y el Patio de las Jacarandas, en el que intervino el artista holandés Jan Hendrix. Por su parte, para comer como un auténtico local hay que ir al Mercado Juárez. En este circuito gastronómico, los aromas de las cocinas —que generación tras generación preparan los platos típicos de la región— seducen a cualquiera, en especial después de un largo paseo por las calles del centro.
Esta ciudad minera está llena de edificios antiguos que fueron construidos por los mejores arquitectos del país.
La oferta museística de Aguascalientes es extensa. En el Templo del Encino, por ejemplo, se encuentra el Museo José Guadalupe Posada, en el que se exhiben más de 3 mil piezas del grabador prodigio y de su mentor, Manuel Manilla. El Museo de Aguascalientes, uno de los edificios más bonitos de la ciudad, aloja la obra del pintor Saturnino Herrán, una de las figuras pioneras del muralismo en México, y esculturas del virtuoso Jesús F. Contreras.
La calma de Aguascalientes sólo se interrumpe con la Feria Nacional de San Marcos, una fiesta que envuelve a la ciudad en un ambiente lleno de música, comida y cultura en la que todos los habitantes participan. Es una de las ferias mexicanas más reconocidas a nivel internacional y se lleva a cabo en diferentes recintos.
Octubre y noviembre son buenos momentos para visitar Aguascalientes, pues aún no hace tanto frío.
Aunque uno no lo planee así, un viaje a esta ciudad acaba siendo una experiencia gastronómica.
Los edificios antiguos de Aguascalientes son verdaderas obras de arte para concoer una vez en la vida.
¿Sabías que…?
Cuentan que Aguascalientes se independizó de Zacatecas en 1821 gracias a un beso que Maria Luisa Villa de García Rojas —esposa del gobernador Pedro García Rojas— plantó a Antonio López de Santa Anna.
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