En 1840 se publicó uno de los los primeros mapas de una cueva. El responsable fue Antonio Cabrer, un espeleólogo español que plasmó en papel los límites del subsuelo en la Ermita. Luego un grupo de especialistas hizo lo propio en México y dejaron para la historia una multitud de rutas debajo de la tierra en la que podemos conocer otra versión de las ciudades y los pueblos que hay en este país.
Desde pequeñas cuevas, a donde solo se aventuran los científicos y aficionados, hasta enormes laberintos de roca que hoy en día están abiertos para quien quiera visitarlos. Con esto en mente, hicimos una lista con cinco paisajes subterráneos fascinantes que nos permiten viajar a los sitios más recónditos del planeta, ahí donde la luz no entra y el silencio es viejo.
Grutas de Cacahuamilpa
Guerrero
A media hora de Taxco, y a poco más de dos de la capital, está el Parque Nacional Grutas de Cacahuamilpa. Incrustadas en la Sierra Madre del Sur desde hace decenas de millones de años, estas piedras alargadas y espaciosas cámaras pétreas acompañan a los visitantes en un paseo de dos km y, cuando es época de lluvias, se pueden incluso navegar en kayak por el río subterráneo. Hay que tener suerte, pues a veces el cauce sube tanto de nivel que hace imposible la experiencia acuática.
Grutas de García
Nuevo León
A una hora al norte de Monterrey se eleva la Sierra del Fraile, en cuya parte alta se encuentra la entrada a las Cuevas de García. Al entrar –se necesita subir 80 metros en teleférico– uno puede detectar relieves de fósiles en las paredes y formaciones que parecen más corales que rocas, esto se debe a que, en la prehistoria, este espacio estaba dentro del ahora inexistente Mar de Tetis.
Sistema de Huautla
Oaxaca
Este complejo de depresiones se esconden en lo más recóndito de la Sierra de Juárez, cerca de Huautla –a cinco horas de Oaxaca o Puebla–. Aquí se extienden una veintena de km de túneles y galerías oscuras y húmedas, de las cuales algunas rebasan los mil metros de profundidad. Otras están rodeadas de lagos tan tranquilos que parecen de vidrio. Unas de las más conocidas son las Grutas de San Agustín.
Sac Actún
Quintana Roo
Tulum está rodeado de cenotes, por eso no es de extrañar que debajo de sus alrededores selváticos se extienda la cueva inundada más grande del mundo. Se trata de la unión de los cenotes Sac Actún y Dos Ojos, a través de 347 km de pasadizos subterráneos, llenos de agua dulce y cristalina. Este entorno es ideal para los amantes del buceo, quienes –en ciertas secciones designadas– pueden conocer el entorno que resguarda fósiles y vestigios prehistóricos y mayas aún sin descubrir.
Para ver en fotos: Cueva de los Cristales
Chihuahua
Esta es quizá una de las postales más surrealistas de México. Dentro de la antigua Mina de Naica hay cámaras selladas en donde se han encontrado masivas formaciones de selenita, un mineral blanco. Los cristales alcanzan 12 metros de alto y rebasan el metro de diámetro; aquí replantearse las proporciones humanas es inevitable. Por desgracia, permanecen cerradas al público, solo tienen acceso a científicos.
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Foto de portada: Comisión Mexicana de Filmaciones / Wikimedia Commons
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