Los cambios de temperatura representan ante todo la amplitud de un año, son la manera que tenemos para saber lo que viene, para prevenir o para adelantarnos a las temporadas. Y así como la llegada del día y de la noche son una certeza, también lo es el paso de las cuatro estaciones durante 365 días. Sin embargo, no todos los paisajes son iguales y existen muchas regiones en las que el clima varía poco a lo largo del año y el paso del tiempo se mide en sólo en dos momentos: el de sequía y el de lluvias.
La Ciudad de México es uno de estos ejemplos raros en los que las estaciones se mezclan. El sol llega antes de que acabe el invierno y el verano es más húmedo que caluroso. Aquí la lluvia se extiende de la primavera hasta noviembre. Los capitalinos conocemos el arte de ver el cielo nublado y contemplar la tormenta detrás de una ventana.
Quizá por eso es oportuno informar que este año la temporada de lluvias –que eventualmente se convierten en ciclones– se ha adelantado. Normalmente los primeros chubascos se asocian con el inicio de mayo, pero en 2020 se declaró inaugurada desde el 25 de abril gracias a la identificación de la depresión tropical Uno-E en el Pacífico.
Una temporada más activa de lo normal
Según los pronósticos del Servicio Meteorológico Nacional, la temporada de ciclones 2020 llegará a su momento cumbre durante septiembre y octubre y durará hasta el 30 de noviembre. Asimismo, este organismo predice que este año la actividad ciclónica será más intensa que en ocasiones pasadas. Mientras que para el Pacífico nororiental se esperan entre 15 y 18 sistemas (entre tormentas tropicales y huracanes de categorías 1 hasta 5), en el Atlántico el número anticipado es de entre 15 y 19.
La formación de sistemas no necesariamente significa catástrofes naturales en las playas, ya que pueden generarse y desintegrarse sin acercarse mucho a la línea de tierra firme y sólo ocasionar lluvias y ráfagas de viento. Por otro lado, aquellos que tocan el terreno son los que por lo general causan daños a infraestructura de los poblados y ciudades costeras. Este año, el SMN pronostica que lleguen a tierra entre cinco y seis ciclones, uno más de los que son comunes.
¿De dónde vienen y a dónde llegan los huracanes en México?
Se pueden identificar cuatro puntos de origen de las tormentas tropicales: el golfo de Tehuantepec en el Pacífico, la Sonda de Campeche en el Golfo, el Caribe Oriental y la región Atlántica. Estos sistemas se originan y crean una trayectoria que los lleva a lo largo de las costas a ambos lados del país.
Los estados y regiones que más alerta deben estar durante la época de lluvias, en caso de la amenaza de un huracán, son Chiapas, Colima, Jalisco, Michoacán, Nayarit, Oaxaca, Tabasco y Veracruz, así como las penínsulas de Baja California y Yucatán y las islas de Cozumel, Revillagigedo y las Marías.
Los ecosistemas marinos también sufren mucho con el paso de una tormenta tropical, pues las corrientes de fuerza anormal, que a menudo transportan basura natural –como troncos–, dañan severamente los arrecifes de coral, como es el caso del Banco Chinchorro, frente a la Riviera Maya, o del Arrecife Alacranes, el cual se encuentra al norte de la costa yucateca.
Época de lluvias a lo largo del país
Fuera de los diluvios extraordinarios que ocasionan los ciclones, la temporada de lluvias en México se manifiesta de formas diferentes a lo largo y ancho del territorio gracias la gran variedad de ecosistemas. Eso explica que Tabasco sea el estado con más lluvia promedio, mientras que la entidad más seca es Baja California Sur.
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