Entre los óleos de Frida Kahlo o los murales de Siqueiros, los cuadros de arte popular han encontrado un camino para convertirse en un ícono de nuestra cultura. Ahora México celebra un buena noticia, pues 596 de estas piezas regresan a territorio nacional después de que se perdiera registro de ellas hace más de 40 años.
Las obras en cuestión son exvotos realizados entre los siglos XVIII y XX que fueron robadas de sus lugares de exhibición durante los años 60 y 70, y llevadas al extranjero. Sin embargo, no fue hasta 2016 que se localizaron en dos museos del norte de Italia –uno en Piamonte y otro en Lombardía–. Dichos recintos dijeron haber obtenido las piezas mediante la donación de un coleccionista milanés ya fallecido.
No es la primera vez que sucede algo similar con el patrimonio de México; en 2018 Alemania devolvió al México una serie de esculturas olmecas que habían sido traficadas ilegalmente por Europa durante años.
Los resultados de la investigación
Los estudios por encontrar el origen de las piezas comenzó en 2016 en Milán, cuando se llevó a cabo la exhibición religiosa Danos hoy nuestro pan cotidiano. Tablitas dedicadas al tema de la tierra. Durante un control rutinario de la muestra, los Carabinieri para la Tutela del Patrimonio Cultural italiano –un equipo especializado en su protección– notaron que había algo raro en ciertos objetos.
Fue así como se abrió la investigación, y después de años se determinó que el medio millar de exvotos eran originarios de templos religiosos e iglesias en Aguascalientes, la Ciudad de México, Guanajuato, Hidalgo, Jalisco, Michoacán, Puebla, Querétaro, San Luis Potosí, Tlaxcala, Veracruz y Zacatecas.
Muchas de las pinturas están en buen estado, pero otras se encuentran deterioradas e incluso hay algunas que ya se intentaron restaurar. Ahora que volvieron al país, muchas de ellas serán trasladadas al Museo Nacional del Virreinato en la Ciudad de México.
¿Qué son exactamente los exvotos?
Esta forma de arte popular mexicano se realiza como una ofrenda para los santos y las vírgenes y consiste de pedazos de cartón, tela, madera o lámina pintados. Lo que se plasma en los exvotos son plegarias escuchadas y cumplidas, por ejemplo, un enfermo que se curó o alguien que se salvó de morir.
El director general del INAH, Diego Prieto, se refirió a estos objetos como “un cúmulo de testimonios iconográficos que nos permiten, a través del tiempo, adentrarnos en la vida doméstica y comunitaria de los pueblos de México; en sus creencias y costumbres y, con ello, en los distintos fragmentos de su historia vital, narrada con sencillez por sus propios protagonistas”.
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