Ya sea en automóvil, en tren o en avión, recorrer grandes distancias hoy en día se ha vuelto fácil. Sin embargo, probablemente no haya manera más especial de desplazarse que caminar. Con diferentes motivos y en diversas épocas, estas cinco personas decidieron recorrer miles de kilómetros usando únicamente sus piernas y sin ninguna compañía.
En una era obsesionada con los motores y la velocidad, caminar puede parecer una opción poco práctica. Sin embargo, estos viajeros lograron cruzar continentes enteros, y aunque les tomó años, demostraron que caminar sigue siendo una de las opciones más increíbles para viajar.
Edward Payson Weston / El padre del caminar
Edward Payson Weston fue un estadounidense que vivió en el siglo XIX. En 1861 caminó durante 10 días los 769 km que separan a Boston de Washington DC. Payson empezó así a ganar popularidad como un caminante en una época en la que la aparición de los automóviles hacía que la imaginación popular soñara con viajar en cuatro ruedas.
Payson consolidó su reputación como un “caminante profesional” al caminar de Portland a Chicago, de Nueva York a Minneapolis y recorrer Europa. Aunque poco recordado actualmente, en su época Edward Payson inspiró a un gran número de personas para que salieran al exterior a caminar y hacer ejercicio.
Mario Rigby / África
El canadiense Mario Rigby emprendió en 2015 una caminata que lo llevó a recorrer el continente africano a pie de norte a sur. Habiendo nacido en las Islas Turcas y Caicos, su elección por África fue muy simbólica. Rigby quiso explorar no sólo sus propias raíces, sino el origen de toda la humanidad, pues fue en esta parte del mundo en donde se indica que los hombres caminaron por primera vez en toda la historia.
Su viaje finalizó en El Cairo,tras cruzar diez países y dos años después de haber iniciado en Ciudad del Cabo. Aunque África recibe mucha publicidad negativa, Rigby encontró en este continente no sólo paisajes monumentales, sino una luz increíble y una manera diferente de vivir y disfrutar la vida.
George Meegan / América
Nacido en 1952, el británico George Meegan se convirtió en la primera persona en atravesar todo el continente americano a pie. Siendo un marín retirado, Meegan caminó desde la Tierra del Fuego en Argentina hasta la bahía Prudhoe en Alaska. Completar su viaje le llevó 2,452 días (6 años) entre 1977 y 1983. Todo está narrado en su libro The Longest Walk, que publicó él mismo en 1988.
Recorrió un total de 30,608 km, una distancia aún mayor que la de la carretera Panamericana, pues al llegar a México, Meegan decidió bordear el Golfo de México y subir por la costa este de los Estados Unidos. En Washington incluso fue entrevistado por el presidente Jimmy Carter, y después cruzó todo el ancho de Canadá antes de llegar al Pacífico y subir hacia Alaska.
Sergei Scheulin / Rusia
Con sólo 24 años de edad, el ruso Sergei Scheulin cruzó caminando el país más extenso del mundo. Schelin salió de San Petersburgo en 2014 sin llevar un mapa u otra tecnología de localización, y después de un año y ocho meses de caminata llegó al puerto de Vladivostok, tras cubrir 9,300 km. Aunque hubo personas que le abrieron las puertas de sus casas para que pasara la noche, Scheulin durmió principalmente en cafés y restaurantes de carretera, debajo de puentes, en estaciones de policía, y hasta al lado de los caminos.
Durante el invierno, se detuvo durante un mes y vivió en una iglesia en la región de Amur. El joven se volvió una celebridad local, y cuando se desvió cerca de Dalnerechensk, fue la misma gente la que empezó a buscarlo en sus autos y lo orientó para regresar al camino correcto.
Terra Roam / Australia
La australiana Terra Roam se convirtió, en 2018, en la primera mujer que recorrió sola y sin asistencia toda la costa australiana. Después de luchar contra la depresión, la ansiedad y el estrés, Roam decidió emprender el recorrido de 17,000 km como parte de su campaña en pos de la salud mental. Su inspiración fue Robyn Davidson, la legendaria australiana que en 1975 recorrió 2,700 km a través del desierto del occidente australiano con una caravana de camellos.
La primera parte de su camino fue bastante buena, pero después de 1,250 km empezaron los desafíos. Las condiciones climáticas extremas del norte de la isla, entre Melbourne y Darwin, redujeron la velocidad del viaje, y una caída en un parque nacional en el estado de Queensland hizo que se dislocara un tobillo, pero tras 6 meses de recuperación, Terra pudo retomar el camino. Aunque admite que su camino no fue el más veloz, considera que sí fue el más bello.
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