Para las plantas y los animales diurnos el amanecer significa una nueva jornada de supervivencia, en tanto, para las criaturas nocturnas es la hora de descansar. Sin embargo, para los humanos (que casi siempre están dormidos cuando sucede) el alba se puede interpretar de una infinidad de maneras, todo depende de a quién se le pregunte.
Los marineros, por ejemplo, usan el primer sol para ubicar el este. Los astrónomos han designado a Venus como la estrella del amanecer porque el planeta brilla más a las seis de la mañana. Mientras que los poetas han encontrado en este evento universal un sinnúmero de símbolos; unos lo asocian con la calidez y el tiempo, otros, como Borges, ven en este fenómeno una fuerza antagonista que interrumpe el flujo de los sueños.
También existe una fascinación por los amaneceres entre la comunidad viajera. Hay quienes aseguran que la salida del sol es más importante que cuando se mete. Y aunque las dos puestas se parecen, lo verdaderos expertos saben distinguirlas y, sobre todo, pueden recomendar esos destinos en los que el día inicia rodeado de colores y aveces en medio de la nada.
Para todos los entusiastas de los cielos con paletas de colores, aquí les dejamos algunos amaneceres que los llevarán a despertar más temprano.
Tulum
Una de las playas más famosas de la Riviera Maya tiene también uno de los amaneceres más hermosos. Ya sea que uno visite el sitio arqueológico (en los equinoccios el sol se alinea con las estructuras mayas) o camine sobre la playa de arena blanca, el resultado será similar: un sol que pinta el cielo despejado de naranja y que se eleva con parsimonia sobre el mar tranquilo.
Monte Fuji
Tokio es una ciudad luminosa que no descansa, pero si uno va 150 km al oeste encontrará un espectáculo natural. Al alba, los alrededores del pico más alto de Japón –3,776 metros– se llenan de bruma y se tiñen de naranja tenue y de lila. Otra perspectiva incomparable es encontrarse en la cima y mirar hacia el oeste cuando apenas salga el sol; se verá una larga sombra triangular proyectada sobre el suelo.
Capadocia
En esta región turca hay dos opciones para presenciar un amanecer únicos. Una es dentro de la canastilla de un globo aerostático o sentados con vista al Valle de los Monjes, formaciones rocosas de tonalidades neutras que se pintan de colores vivos de la punta a la base. La otra es, simplemente, admirar, desde tierra firme, no sólo la iluminación del sitio, sino también decenas de globos suspendidos en el aire.
Toscana
Esta región del centro de Italia se caracteriza por sus verdes colinas redondeadas extendidas hasta el horizonte, hileras de olivos y numerosos viñedos. Cuando sale el sol, pareciera que se vierte una cubeta de pintura dorada sobre un paisaje verde. Entre los sitios donde mejor se aprecia el espectáculo están los valles de Val d’Orcia o Valdarno, ambos al sur de la ciudad de Siena.
Uluru
En el Parque Nacional Uluru-Kata Tjuta, en la región central de Australia conocida como outback, se eleva 863 metros Uluru o la Roca de Ayers. Los amaneceres cambian por completo este paisaje, pues al alba el cielo se vuelve de un morado y rojo intensos para, poco a poco, tornarse anaranjado y reforzar el color terracota que caracteriza a este panorama arenoso.
Hawái
De las 137 islas e islotes del archipiélago hawaiano, probablemente el mejor amanecer se encuentra en Maui, en especial en el Parque Nacional Haleakalā. Desde la parte alta del volcán Haleakalā, a más de 3 metros sobre el nivel del mar, se ve cómo sale el sol y no ilumina la selva, sino una densa cama de nubes, cuya textura suave y tonalidad lila contrasta con la negrura del relieve de la montaña.
Skógafoss
Cerca del pueblo de Skogar, en la región austral de Islandia, se encuentra una de las cascadas más famosas de todo el país. Este desnivel en el cauce del río Skógá produce una catarata de 25 metros de ancho y 60 de alto. Lo mejor es aguantar el frío y visitarla antes del amanecer. El sol comienza a salir por atrás de la caída de agua, por lo que el cielo se pinta de anaranjado y se refleja en la superficie del río.
Patagonia
En el Parque Nacional Los Glaciares, Argentina, existe una pequeña localidad llamada El Chaltén, la cual se encuentra al pie del Monte Fitz Roy. La recomendación es salir del pueblo al amanecer, en dirección oeste, y buscar el pico para ver de frente una panorámica multicolor: cielo azulado, la roca iluminada de anaranjado y nieve blanca.
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