Así como existen sitios cercanos al Ecuador en donde el día y la noche duran más o menos lo mismo durante todo el año, también están aquellos que, con cada día que pasa, el cambio de estaciones se hace notar. Cada quien dirá si es una desgracia o una fortuna, pero México está en una latitud media donde las temporadas no se distinguen tanto, pero que aún así hace uso del famoso cambio de horario anualmente (dos veces).
Pronto llegará la hora de atrasar nuestros relojes y entrar en “modo” invierno. Éste comienza siempre el último domingo de octubre y termina el primer domingo de abril. En 2019 entrará a las 2:00 horas del 27 de octubre, por lo que se recomienda ajustar el segundero desde la noche anterior. (Pese a que los dispositivos inteligentes lo hacen automáticamente, en los estados fronterizos del norte, el desfase se realiza una semana después, al mismo tiempo que en Estados Unidos, es decir, la noche del 2 al 3 de noviembre.)
Excepciones en el cambio de horario
Sonora nunca cambia sus relojes –vive permanentemente en el horario de invierno–, pues mantiene la misma hora que su estado vecino Arizona, que junto con Hawái son los únicos territorios de la Unión Americana en no modificar sus horarios en verano. Lo mismo ocurre en Quintana Roo, que optó por quedarse así con el fin de facilitar el turismo por la zona.
Algunos efectos que suceden por cambiar la hora
Existen algunos efectos de corto plazo que pueden llegar a afectar la salud de las personas. Si bien estos síntomas no suelen durar más de un par de días, es cierto que se trata del cuerpo ajustándose al nuevo ritmo de vida. Para algunos una hora de diferencia es insignificante, pero para otros representa variaciones en el ritmo circadiano, afectando así sus ciclos de sueño y de alimentación.
¿Por qué existe el cambio de horario?
Los primeros rastros de este concepto aparecieron en 1895 en Nueva Zelanda y, casi paralelamente, en el Reino Unido en 1902. En ambos casos, las teorías eran similares: si se retrasaban las horas de vida laboral y escolar, las personas tendrían más tiempo de sol en la tarde para realizar actividades de recreación.
Alemania fue el primer país en decretar el horario de verano en 1916, seguido de varias naciones europeas, pero con una razón más importante: al aprovechar mejor la luz natural, habría menos necesidad de quemar carbón para iluminar los espacios tanto públicos como privados. Esta práctica se instauró en 1918 en Estados Unidos. Sin embargo, en México no se decretó oficialmente hasta 1996.
Actualmente, cerca de 70 países desfasan sus horarios dos veces al año. En América son México, Estados Unidos y Canadá (con sus respectivas excepciones); en Europa participan todos los países; y en Asia, Israel, Chipre, Siria, Líbano y Jordania. En cuanto al hemisferio sur, en su temporada veraniega entran en esta dinámica Chile, Paraguay, Nueva Zelanda y los territorios del sureste australiano.
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Foto de portada: Murray Campbell
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