En los últimos meses, las restricciones de viaje alrededor del mundo han cambiado muchos planes. Hoy, la idea de tomar un vuelo transatlántico o asistir a un festival en otro país parece lejana; sin embargo, sí podemos explorar lo que tenemos cerca. Destinos locales que muchas veces ignoramos y en los que, además, nuestra visita puede significar un efecto positivo en la comunidad.
Staycation: (re)valorar lo que nos rodea
No es ningún secreto que los últimos meses han servido para replantear muchas de las dinámicas en nuestro día a día, desde el trabajo hasta la vida social y, de paso, los viajes. Por qué decidimos visitar un destino y cómo llegamos al mismo son cuestionamientos que, si bien antes se resolvían en una sentada, hoy abren un debate sobre el efecto que tenemos (o podemos tener) como viajeros. De todas las tendencias en las encuestas y los reportes, hay una que suena más fuerte y que tiene sentido en esta nueva normalidad: explorar lo que tenemos cerca. Debido a que cada país contará con distintos procesos para salir del confinamiento y a que la movilidad internacional se ha visto afectada por estas restricciones, la vuelta al turismo local se alza como la alternativa lógica.
Si tomamos la distancia como criterio, no hay nada más cercano que el lugar donde vivimos, y es ahí donde entra el concepto de staycation. Como su nombre lo indica, esta tendencia propone a los viajeros convertirse en turistas dentro de su propia ciudad, dejar a un lado las paradas de rutina —el café, restaurante, parque, museo o barrio de siempre— y explorar todos esos lugares que se ignoran en la cotidianidad o que postergamos para ocasiones especiales (y terminan como promesas no cumplidas). Destinos como la Ciudad de México hacen del staycation un plan muy atractivo gracias a su gran oferta cultural, gastronómica y de entretenimiento. En esta ciudad es perfectamente viable organizar un itinerario para cada fin de semana, durante un año, sin repetir la visita a un solo lugar.
Escapadas locales
El siguiente nivel de cercanía está reservado para todos aquellos destinos cerca de nuestra ciudad que involucran un trayecto corto (un par de horas en coche), sin mayor planeación ni gasto (sí, el factor presupuesto también es muy importante en esta nueva normalidad). Escapadas de fin de semana que se pueden realizar en un ambiente controlado, con nuestros seres queridos y que sirven para un necesario cambio de ambiente.
Según una encuesta reciente de Airbnb, 62 % de las personas expresó su deseo de hacer viajes cerca de sus casas. Además, el análisis de búsquedas y reservas para 2021 posicionó a Zimatlán de Álvarez, en Oaxaca; Zacatlán y Cuetzalan, en Puebla; Boca de Tomatlán, en Jalisco, y San Cristóbal de las Casas, en Chiapas, como algunos de los destinos más buscados por los mexicanos para estancias locales.
El turismo local es una tendencia que estará presente en todo el mundo. En mayo de 2020, el primer ministro de Australia, Scott Morrison, y Jacinda Ardern, primera ministra de Nueva Zelanda, pusieron sobre la mesa la posibilidad de crear una “burbuja” entre ambas naciones. La propuesta inicial consistió en abrir las fronteras únicamente entre estos dos países para, primero, reactivar los viajes de trabajo y, posteriormente, el turismo en general, con todas las medidas de seguridad necesarias. El 16 de octubre pasado, el primer vuelo de esta “burbuja de viaje” llegó a Sídney desde Auckland con 200 pasajeros, los cuales no tuvieron que realizar ningún tipo de cuarentena tras su llegada a la ciudad australiana.
Turismo comunitario: viajes con conciencia
El hecho de tener el radar puesto en los destinos locales abre la puerta a un mayor posicionamiento del turismo comunitario, el cual busca mejorar las condiciones de vida de las comunidades más vulnerables, proteger el medio ambiente y promover una industria económicamente justa y socialmente incluyente. Además, este tipo de viajes contribuye a la recuperación, preservación y valoración de la cultura y las costumbres de un lugar.
Un gran ejemplo de turismo comunitario en México es Rutopía, una empresa social y plataforma digital que conecta a viajeros que buscan experiencias auténticas y de inmersión real con anfitriones locales en el destino que visitan. Rutopía ofrece experiencias de entre uno y cuatro días —diseñadas para resaltar el patrimonio natural y cultural del país— en estados como Oaxaca, Yucatán, Hidalgo, Campeche y Chiapas, operadas en su totalidad por miembros de la comunidad (desde el hospedaje hasta las diferentes actividades del itinerario).
“Actualmente, nuestro eje central es la naturaleza, sin embargo, dependiendo del destino, las experiencias pueden estar más orientadas hacia un tema cultural o gastronómico”, asegura Leslie Pérez, encargada de comunicación en Rutopía. Al inicio de la pandemia, la operación tuvo que parar y los viajes se pospusieron, así que aprovecharon ese tiempo para trabajar en cuestiones de investigación y afinar detalles con los anfitriones. Para Rutopía, la comunicación con los miembros de las comunidades ha sido clave y poco a poco se han ido reactivando varias experiencias. Por otra parte, hay algo que tienen muy claro: los viajes no van a suceder en los destinos que no se sientan listos para recibir a gente externa.
Si bien son tiempos complicados para muchas comunidades que dependen directamente del turismo, el futuro es prometedor y el papel de los viajeros en su entorno local es más importante que nunca. Apenas a finales de septiembre y principios de octubre se llevó a cabo el Encuentro Digital de Turismo Comunitario Latinoamericano, un espacio que sirvió para compartir experiencias, conectar proyectos e idear estrategias en común ante la nueva normalidad.
“Si algo nos ha enseñado esta pandemia, es que tenemos que ser más conscientes de nuestras decisiones. Creo que viene un cambio de mentalidad en los viajeros, sobre todo en los más jóvenes. Saber que nuestras acciones pueden tener un impacto positivo en la comunidad le da una dimensión distinta a un viaje.” Leslie Pérez, encargada de comunicación de Rutopía