Viajes

Jardines botánicos para ver una vez en la vida (bienvenidos al reino de las plantas)

Lugares donde lo normal es estar rodeado de flores.

POR: Frida

Antiguos documentos chinos señalan que los gobernantes del país mandaban a sus pueblos a recolectar especímenes vegetales que había en territorios lejanos. Su intención era cultivarlos por su valor medicinal y económico. Algunos historiadores consideran que fue precisamente en China donde se concibieron los jardines botánicos.

Hoy en día los jardines botánicos sirven para la investigación y preservación de la flora. Son grandes espacios verdes en los que  las personas pueden resguardarse –entre flores perfumadas y plantas  coloridas– del bullicio y caos citadino. Pero además, estos  sitios resumen la esencia de cada país en el que se encuentran y son una gran manera de explorar nuestro planeta.

En honor a esto, aquí les dejamos una lista con los más impresionantes del mundo. Un viaje interminable por figuras, arquitectura y mucha vegetación.

 

Jardín botánico de Butchart, Canadá

Jennie Butchart, esposa del dueño de una cementera en British Columbia, decidió recuperar una antigua cantera y en 1904 restauró 22 hectáreas con más de 700 especies de flores distintas. Actualmente este jardín es considerado Sitio Histórico de Canadá y permite a sus visitantes disfrutar de distintos escenarios como el jardín japonés o el italiano (dónde incluso pueden comer un gelato).

Jardines del Palacio de Versalles, Francia

Estos jardines son el legado del rey Luis XIV le pidió al paisajista francés, André Le Nôtre. el artista intervino alrededor de 100 hectáreas. Como resultado este paisaje incluye distintos árboles, estatuas clásicas, estanques y fuentes y hasta un laberinto.

Real Jardín Botánico de Kew, Inglaterra

Dentro de sus 134 hectáreas, este Patrimonio de la Humanidad exhibe y conserva especies de alrededor del mundo, incluyendo 14 mil árboles, algunos con más de 150 años de antigüedad. Además, el jardín posee el mayor invernadero victoriano del mundo aquí se resguardan algunas especies en peligro de extinción.

Jardín botánico Koishikawa, Japón

Este pequeño jardín de apenas unas 16 hectáreas es tal vez uno de los más antiguo del mundo. Construido en 1684 este lugar pertenece a la Universidad de Tokyo, aunque está abierto al público y es el sitio perfecto para disfrutar  de los cerezos primaverales que adornan las calles de la capital del país.

Gardens by the Bay, Singapur

Este sorprendente lugar se inauguró en el 2012. Se trata de un jardín de 101 hectáreas  distribuidas en dos secciones. La primera es protagonizada por espacios al aire libre agrupados por temas: está el indio, chino, malayo, colonial, el de frutas y verduras, entre otros. Por otro lado, en la segunda zona  hay dos grandes invernaderos de acero y vidrio.

Jardines de México, México

Se trata del jardín floral más grande del mundo, y se ubica en el estado de Morelos. Este recinto se divide en siete patios, cada uno con flores y colores diferentes que les otorgan a cada espacio una personalidad específica. Además, los Jardines de México cuentan con un foro, una galería de arte, un restaurante y una escuela de arquitectura del paisaje. 

Jardín botánico de Montreal, Canadá

Este es uno de los jardínes botánicos más sorprendentes del mundo. Tiene una extensión de 73 hectáreas en las que se albergan más de 190 mil plantas. En este espacio todos los otoños se monta una inmensa exposición de calabazas para celebrar Halloween. Sin embargo, lo más famoso de este pulmón verde son sus gigantes figuras florales esparcidas por todos lados.

Jardín botánico de Nong Nooch, Tailandia

Este país se distingue por sus asombrosos paisajes naturales, y aunque este jardín es un tanto más artificial resume en sus más de 2 mil hectáreas gran parte de toda la vegetación y flora endémica de Tailandia. El espacio está abierto al público desde 1980 y además de mucho verde ofrece distintas actividades culturales.

Jardines de Stourhead, Inglaterra

Se trata del mejor ejemplo de los clásico jardines que la realeza inglesa del siglo XVIII tanto amaba. Aquí no hay grandes fuentes ni estanques artificiales. Su encanto radica en su belleza natural y en una multitud de paisajes salvajes que no tienen tiempo y podrían haber salido en cualquier novela de Jane Austen.

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