Morelia es una de las pocas ciudades en el país que conserva una arquitectura colonial tan sólida y diversa como la que presumen sus calles. Por si fuera poco, el estado de Michoacán, en general, esconde muchísimas joyas turísticas: desde playas, volcanes y calles coloniales que demuestran lo que fue el estado el siglo pasado, hasta restaurantes con cocina de autor, antojitos tradicionales y bebidas típicas; sin olvidar los museos, bibliotecas, catedrales y haciendas.
Por ello, a continuación les compartimos un itinerario para, mínimo, dos días en Morelia y sus alrededores.
Sábado
El Paricutín
La intensa experiencia de subir este volcán, uno de los más jóvenes del mundo, no tiene igual. El camino es empinado y de gravilla casi tan fina como la arena, pero una vez arriba la vista panorámica recompensa el esfuerzo. El cráter y los alrededores parecen de otro planeta. No muy lejos se aprecia la iglesia del viejo San Juan Parangaricutiro, donde la lava se detuvo justo frente a una imagen de Jesucristo.
El viajero se puede acercar al volcán y a la iglesia con su propio vehículo, si es 4 x 4; o bien, contratar a algún tour operador local como el Centro Ecoturístico Pantzingo, que además ofrece cabañas en el bosque.
Dónde: Entre el expoblado de San Juan Parangaricutiro y el poblado Angahuan
Hotel Casino
Este clásico y acogedor hotel moreliano es la base de operaciones de la chef Lucero Soto, una de las más importantes promotoras de las bondades michoacanas en la mesa. Hay dos platos de su restaurante Lu especialmente recomendables para desayunar: los Huevos Casino, que van revueltos a la mexicana dentro de tortillas de maíz bañadas en salsa de frijol con rajas, crema y queso cotija, o el omelette de aguacate con “xanducata de la novia”, una salsa purépecha con un toque de semilla de calabaza y hierbas de campo, tomate y chiles verdes. La xanducata se les ofrece a las novias un día antes de la boda, con plantas que tienen un significado especial para la unión.
Dónde: Portal Hidalgo 229, Centro, Morelia
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Pátzcuaro
De entre toda la riqueza de Pátzcuaro, hay algunos sitios que no pueden dejar de visitarse: la Plaza Vasco de Quiroga, que es la principal, muy hermosa, y en cuyos costados hay edificios históricos importantes como el Palacio de Huitziméngari y la casa-blibioteca pública de Gertrudis Bocanegra. Un par de cuadras al oriente está la basílica de Nuestra Señora de la Salud, donde yace enterrado don Vasco de Quiroga. Desde ahí, las tres cuadras siguientes están llenas de edificios notables: el Museo de Artes e Industrias Populares, el antiguo Colegio Jesuita, la iglesia de la Compañía, el Sagrario (con una de las estampas más típicas de Pátzcuaro) y la Casa de los Once Patios.
Cuatro kilómetros al norte del centro están los muelles de donde salen los barquitos que van a las islas del lago de Pátzcuaro. La más célebre es Janitzio, pero Pacanda, Tecuena y Yunuén también son muy hermosas.
Dónde: Oficina de Turismo. Palacio Municipal. Portal Hidalgo s/n, Centro
Casa de la Real Aduana
El hotel está compuesto por un conjunto de edificaciones coloniales y tres patios, y fue declarado Monumento Histórico por el Instituto Nacional de Antropología e Historia. Tiene sólo cuatro suites, todas muy elegantes y decoradas con una espléndida colección de arte. Los pasillos y los salones parecen retocados con un filtro de luz dorada que sólo puede crear el ambiente de Pátzcuaro. En el exterior, los patios y jardines invitan al ocio y al placer, lo mismo que la biblioteca, que suele alojar conciertos.
Dónde: Ponce de León 16, Centro, Pátzcuaro
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Domingo
Morelia
Inscrito en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO en 1991, el centro histórico de la capital michoacana tiene decenas de edificios y espacios maravillosos. Algunos de los más destacados son la catedral (del siglo XVII), una joya imprescindible y, enfrente, el Museo Regional Michoacano. Otras dos obras maestras de la arquitectura virreinal son el Palacio Clavijero (casa de la cultura) y la iglesia de Santa Rosa de Lima (frente al hermoso Jardín de las Rosas). Llama la atención también el santuario de Guadalupe, de origen virreinal, pero remodelado en 1907 por el arquitecto Joaquín Orta Menchaca, que lo revistió totalmente con una colorida ornamentación. Este templo está cerca de dos monumentos muy representativos de la ciudad: el acueducto y la Fuente de Las Tarascas.
En cuanto al tema histórico recomendamos la Universidad Nicolaíta (donde varios líderes insurgentes fueron catedráticos o estudiantes), así como los dos museos dedicados a José María Morelos y Pavón. Para mirar y comprar, nada como la Casa Museo de las Artesanías (junto al templo de San Francisco) y el Museo del Dulce.
Dónde: Oficina de Turismo. Av. Tata Vasco esq. Hospitales, Centro
México Mágico
Las clases de cocina son ideales para conocer los sabores de otros sitios. En México Mágico, la chef Cythia Martínez, gran embajadora de Michoacán en México y el mundo, comparte más de dos décadas de experiencia y compromiso. Además, el local es perfecto para encontrar algún regalito: hay catrinas, alebrijes y hermosas blusas bordadas, pero su mayor encanto está en la reproducción de una cocina tradicional purépecha, que se utiliza para recibir a los interesados en los cursos. Las lecciones incluyen la preparación de tamales de ceniza, buñuelos, charales, sopa tarasca y otras especialidades de la gastronomía michoacana.
Dónde: Abasolo 180, Centro, Morelia
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Cocina M
La chef Mariana Valencia es responsable de un cambio de paradigma en la evolución culinaria de Uruapan. Su conocimiento de las técnicas más novedosas y las vastas bondades del terruño michoacano dan como resultado un menú con creaciones originales como las gyozas de carnitas, el tamalito estilo bao bun de anguila y chicharrón, la costilla de res con puré de uchepo y champiñones salteados o el key lime pie de aguacate.
Dónde: Paseo Lázaro Cárdenas 1534, Huertas del Cupatitzio, Uruapan
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Hacienda Ucazanaztacua
El hermoso inmueble construido con ladrillos de adobe que funcionó como hacienda hoy es uno de los hoteles más hermosos de México, a orillas del lago de Pátzcuaro. Sus detalles en barro, madera, cantera, textiles, mimbre y cerámica parecen un muestrario de lo más delicado del talento artesanal del estado. El restaurante sirve sofisticadas versiones de los platillos tradicionales purépechas, pero también platillos internacionales, desde ensaladas y carpaccios hasta pastas y hamburguesas.
Dónde: Camino a Sanabria-Ucazanaztacua km 10.5 s/n, Lago de Pátzcuaro, Tzintzuntzan
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