Acercamientos imposibles: ver las obras maestras del arte mexicano en ultragran formato
En tiempos de no poder asistir a espacios culturales, la plataforma Museos Gigapixel nos acerca al legado de los más grandes artistas de la historia de arte del país.
POR: Paola Gerez Levy
Visitar un museo en nuestra propia ciudad es salir un rato de la realidad y hacer un viaje fugaz. Para no dejar sin ánimos a los capitalinos, el gobierno local puso en marcha la plataforma Contigo en la distancia, en la cual se puede acceder a contenido tan variado como fascinante de la escena cultura de la Ciudad de México, desde teatro hasta recintos culturales.
Parte de esta última rama es Museos en Gigapixel. Esta plataforma acerca a los usuarios a las obras más importantes de cinco museos que conforman en INBAL: el MUNAL, el Museo de Arte Carrillo Gil, el Museo Mural Diego Rivera, el Museo de Arte Moderno y el Museo Nacional de Culturas Populares.
Lo que caracteriza a este programa es que permite hacer acercamientos imposibles a los detalles de las pinturas a tal grado que se logran distinguir las grietas que ha dejado el tiempo en los lienzos; a reconocer trazos y pinceladas individuales que, al alejarse, se convierten en un todo que presenta la imagen que veríamos a distancia normal en un museo físico. Además, Museos en Gigapixel ofrece explicaciones (escritas y en audio) de las escenas, datos curiosos de las obras y de las biografías de los artistas.
MUNAL. Foto: Mr. PMPC / Flickr
En honor a lo anterior, aquí les dejamos algunas de las obras que se pueden encontrar –y examinar con una potente lupa– en esta plataforma digital.
Museo Nacional de Culturas Populares
Desde su apertura en 1982, este sitio en el Centro Histórico se encarga de dar a conocer las joyas artesanales de la cultura popular tanto en escenarios urbanos como rurales. En la plataforma se pueden admirar ocho obras de manta de bordado Tenango con hilos de algodón de colores vivos, entre ellas Día de Muertos (2009), dibujada por Macario Patricio Téllez y bordada por Margarita López López.
Foto: Fragmento de “Camino a San Nicolás, de Safira López Patricio (2009). Tomada de Museos Gigapixel
Museo de Arte Moderno
Dentro de las galerías circulares de este inmueble, diseñado por Pedro Ramírez Vázquez y abierto en 1964 en el Bosque de Chapultepec, se pueden ver obras de Dr. Atl, Juan O’Gorman y otros contemporáneos del arte de mediados del siglo XX. De estos dos artistas se pueden ver virtualmente el Fuego Verde sobre el Paricutín (1943) y La Ciudad de México (1949) respectivamente.
Fuego Verde sobre el Paricutín, de Gerardo Murillo (1943).
Museo Nacional de Arte
El MUNAL, ubicado en el corazón de la capital mexicana, contiene una invaluable colección que cuenta por sí sola la historia del país, desde la época virreinal hasta la primera mitad del siglo XX. Entre las obras que se eligieron para verse en la plataforma están el anónimo Biombo con escenas de la Conquista de México, un mueble de madera del siglo XVII cuyas escenas se leen en zigzag; o Sor Juana Inés de la Cruz (1750) de Miguel Cabrera, una de las joyas del lugar en cuanto a la colección de retratos.
Sor Juana Inés de la Cruz, de Miguel Cabrera (1750).
Museo de Arte Carrillo Gil
Como su nombre lo indica, este recinto surgió a partir de la colección personal del médico yucateco Alvar Carrillo Gil (y que conforma más de la mitad del acervo actual). Abrió sus puertas en 1974 al sur de la ciudad, y para darse una idea de lo que guarda en su interior se pueden ver en gran formato Desfile del Primero de Mayo (1952) de David Alfaro Siqueiros, Las Coles (1944) de José Clemente Orozco, o Estela Blanca (1950) de la serie Yucatán de Gunther Gerzso.
Estela blanca, de Gunther Gerzso (1950).
Museo Mural Diego Rivera
Este recinto no hay que confundirlo con el Anahuacalli, un espacio que el artista consagró para su colección de objetos precolombinos. El Museo Mural Diego Rivera se inauguró en 1988 en el Centro Histórico. La obra que se puede analizar en la plataforma es Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central (1947), un mural pintado al fresco donde se distinguen 400 años de historia de México –junto con sus respectivos personajes– entrelazadas con sucesos en la vida personal del autor.
Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central, de Diego Rivera (1947).
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En portada: La Ciudad de México de Juan O’Gorman (1949)
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