Las obras van mucho más allá de las salas de un museo. Si bien estos recintos se idearon para transformar amplios salones en espacios de exhibición, en las últimas décadas se han roto las barreras y han proliferado las obras de arte expuestas en espacios abiertos. Respecto a lo anterior, Estados Unidos es un excelente ejemplo de un país en el abundan las piezas de arte público.

Esta tradición empezó a cosecharse a mediados del siglo pasado con el objetivo de hacer el arte más igualitario y más masivo . Lo que hace especiales a estas obras (generalmente de gran formato) es que se concibieron no sólo para ser observadas, sino que fueron pensadas para tener una interacción con el gran público. Cada una ofrece varios ángulos y perspectivas de apreciación diversas, algunas son incluso interactivas pues los espectadores pueden tocarlas, explorarlas y hasta subirse en ellas.

En honor a esto, elegimos siete esculturas en Estados Unidos que se han convertido en verdaderos íconos urbanos. Desde el desierto de Las Vegas, pasando por la orilla del río Potomac hasta las aceras de Manhattan aquí les dejamos esas piezas que hay que ver al menos una vez en la vida.

Lunchtime on a Skyscraper

Nueva York

La Gran Manzana es bien conocida por su gran cantidad de rascacielos, y esta escultura del artista siciliano Sergio Furnari rinde un homenaje a todos aquellos obreros que participaron en la temeraria construcción de los edificios. La obra está inspirada en una famosa fotografía de 1932 en donde once constructores toman un descanso sobre una viga de acero a 260 metros sobre el suelo.

La escultura móvil se exhibe en diferentes puntos de Nueva York.

Gateway Arch

St. Louis

Si buscamos el arco más grande del mundo hay que dirigirse al estado americano de Misuri. En la ciudad de St. Louis, a orillas del río Mississippi, se eleva una estructura esférica de 192 metros de alto que rebasa la altura de cualquier edificio de la urbe. Dicha escultura, diseñada por Eero Saarinen y construida en 1967, rinde homenaje a la extensión del territorio nacional hacia el oeste.

Foto: Apple White

Antorcha de la Amistad

San Antonio

Esta ciudad de Texas tiene una relación con México más profunda de lo que se puede pensar. Por esta razón el escultor mexicano Sebastián inauguró en el 2002, entre las calles E Commerce y E Market, la Antorcha de la Amistad. Esta estructura, de un intenso color rojo, se eleva cerca de 20 metros y se ha convertido en un ícono artístico de la urbe.

Foto: Michael-Cirlos/Centro San Antonio

Cloud Gate

Chicago

Millennium Park es a Chicago lo que Central Park a Nueva York. A orillas de este amplio espacio verde (sobre Michigan Avenue), el artista indo-británico Anish Kapoor instaló en 2004 una obra masiva que se ha convertido en un ícono mundial. Hablamos de Cloud Gate, coloquialmente conocida como The Bean. Esta pieza muestra una superficie de espejo donde se reflejan la silueta de la ciudad por un lado y la vegetación del parque del otro.

Mount Rushmore

Dakota del Sur

Este grupo de esculturas históricas reciben 1 millón de visitas anuales. Las inmensas piezas forman parte del parque nacional Black Forest y representan los rostros de los expresidentes Washington, Jefferson, Roosevelt y Lincoln tallados en un monte de granito del que retiraron 450 mil toneladas de piedra. La obra fue una creación del artista Gutzon Borglum, entre los años 1927 y 1941.

Foto: National Park Service

The Awakening

National Harbor

Al sur de Washigton, D.C., se encuentra este puerto que da al río Potomac. Ahí, entre una orilla arenosa, un muelle y una rueda de la fortuna se encuentra una escultura por demás surrealista. Para abstraerla, no hay que fijarse en el plano vertical sino en el horizonte, ya que se trata de un hombre que ha emergiendo del suelo. Elaborada en 1980 por Seward Johnson Jr., todos son invitados a tocar y explorar esta instalación.

Seven Magic Mountains

Las Vegas

El artista suizo Ugo Rondinone ideó siete estructuras cuya intención fue combinar el entorno artificial y luminoso de Las Vegas con el paisaje natural que rodea esta urbe. Las torres de piedra pintada en colores fluorescentes se elevan nueve metros y contrastan con el fondo desértico. Esta instalación permanecerá visible hasta finales de 2021.