Estambul, la ciudad más poblada de Turquía y capital de tres grandes imperios: Romano, Bizantino y Otomano, ahora tiene vuelos directos a la Ciudad de México, informó Turkish Airlines, aerolínea que por primera vez ofrecerá el servicio en el país. Aunque la ruta tuvo un periodo de prueba del 21 de agosto al 26 de octubre del 2019, su éxito entre los viajeros fue tal, que la compañía decidió mantenerla en operaciones.
La conexión comprende tres viajes semanales entre ambos países y tiene dos rutas: Estambul-Ciudad de México (directo) y Ciudad de México-Cancún (donde se carga combustible)-Estambul.
Entre mares e historia
Estambul es una metrópoli con más de 14 millones de habitantes. En el siglo IV d.C. este sitio había sido bautizada como la Nueva Roma por el emperador Constantino. Años más tarde la épica urbe adoptaría el nombre de Constantinopla y se convertiría en la primera ciudad cristiana del mundo. El Imperio romano se quedó ahí otros 1,000 años, lo que transformó su arquitectura y le dio una cultura ecléctica.
Estambul puede conectar a cualquier parte de Europa, Medio Oriente y Asia.
A partir de 1453, esta región de Turquía fue la sede del gran Imperio otomano, que se extendió (en su momento de máximo esplendor) del Magreb al Mar Caspio, de los Balcanes al Mar Rojo y al Golfo Pérsico. Esta temporada histórica duró muchos años y cambió por completo la historia del mundo, ya que no terminó hasta después de la Primera Guerra Mundial, en 1918.
El legado
Como legado de su pasado se recomienda visitar el monumento Santa Sofía, una gran catedral bizantina del siglo VI que durante siete siglos se consideró el edificio más grandioso de la Tierra. También hay que conocer El Hipódromo, o lo que queda de él, otra construcción monumental de ese pasado clásico que durante el Imperio romano fungió como centro de deporte. De ese mismo periodo está también se puede ver la Cisterna romana, una de las obras de ingeniería más ambiciosas de la antigüedad donde se almacenaba el agua.
Santa Sofía
Por otro lado, si se quiere visitar el legado de los otomanos no hay que perderse la Mezquita Azul, que se llama así por los más de 20 mil azulejos que tiene en la cúpula. Hay que destacar que este templo fue edificado para superar a Santa Sofí, y así ganar el poderío religioso que tenían las antiguas culturas que habían pasado por el país.
Mezquita Azul
Calles y aromas
Además de los recintos monumentales, por las calles de la ciudad antigua se puede atestiguar una estupenda colección de vestigios que aparecen a simple vista: columnas romanas resquebrajadas, tumbas y fuentes, iglesias griegas, armenias, secciones de la muralla y una serie monumentos que están erguidos entre los gritos melódicos de los mercaderes y el bullicio de las mezquitas que llaman a rezar mientras la gente toma jugos de granada o de almendras.
Finalmente, y para apreciar Estambul a través de los sentidos hay que ir al Gran Bazar, abierto desde hace 500 años, o conocer el Mercado de las Especias con 300 años de antigüedad; este último le da al oriente de la urbe violentas impresiones olfativas que se propagan en las montañas y que huelen a azafrán, pimienta o cardamomo.
*Información actualizada el 21 de enero de 2020.
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