Al levantar la mirada durante la noche nos encontraremos con el universo. Una multitud de estrellas, constelaciones, planetas y rocas que deambulan en el horizonte y que se pueden contemplar en mayor o menor medida según en donde estemos o de la fase lunar en la que nos encontremos. Con un poco de suerte, un vistazo hacia arriba coincide con el paso de una estrella fugaz; esos delgados hilos luminosos que desaparecen tan rápido como aparecen. Sin embargo, las personas en Michoacán pudieron ver algo más que el paso intermitente de un aerolito. 

El domingo 26 de mayo, alrededor de las nueve de la noche, un meteoro irrumpió la oscuridad sobre el cielo michoacano. Aunque la fuerte radiación se pudo observar desde el Estado de México, Querétaro, Guanajuato y Jalisco, el sitio más cercano a su paso fue Uruapan, donde además de un estruendo se sintió un leve sismo. Los restos del meteoro cayeron en un pastizal cercano a la ciudad.

Un meteorito cayó en Michoacán, México

Existen dos posibilidades que explican este fenómeno. Según los expertos, se puede tratar o de un meteoro pequeño que se desprendió de la Luna, o de un trozo de basura espacial (es decir, restos de satélites artificiales que van desde piezas enteras hasta partículas de pintura). Sin embargo, aún no se revela un informe oficial sobre la naturaleza de la bola de fuego.

Radiografía de un meteorito

En realidad la palabra meteorito hace referencia a los restos de materia que quedan después del impacto con la superficie de la Tierra. Lo que vemos atravesar el cosmos como una masiva estrella fugaz es en realidad una roca que puede provenir de la Luna o Marte (si es pequeño) o del Cinturón de Asteroides entre Marte y Júpiter si es grande.

Una vez que esta bola de materia sideral atraviesa la atmósfera terrestre, la fricción con el aire genera tanta energía que se calienta hasta inflamarse. Por otro lado, estos cuerpos dejan una estela de diferentes colores gracias a su composición. Al entrar en nuestro planeta, el fierro se pinta de amarillo, el calcio de morado o el magnesio de azul. La gran mayoría de los más de 100 asteroides que colisionan con el planeta se desintegran antes de alcanzar el suelo y caen, literalmente, como polvo de estrellas.

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