Si algo distingue a Tailandia es su enorme población de elefantes. Y es que en toda la región del sureste de Asia –y durante miles de años– estos animales han sido parte central del desarrollo de comunidades como la de Chiang Mai (ubicada al norte de la nación).
Utilizados durante guerras, para la construcción, como medio de transporte o como una forma de atraer el turismo (exhibiéndolos en actos circenses), la explotación de la especie está poniendo en peligro su supervivencia.
Según World Animal Protection, de los casi 3 mil especímenes usados como entretenimiento en Asia, el 77% viven en condiciones de crueldad. Sin contar el hecho de que durante los primeros meses del 2017 murieron más elefantes que en todo el 2016. Eso despertó el interés por su conservación y llevó a la creación de diversos centros de preservación.
¿Cómo distinguir un santuario ético?
Paradójicamente, la ciudad de Chiang Mai es donde más proliferan estos refugios. Sin embargo, a la hora de decidir visitar alguno de ellos hay que tomar en cuenta que muchos utilizan palabras como santuario, ecológico y protección sólo para captar visitantes y no como una filosofía que rige sus acciones.
Por otro lado, y aunque interactuar con estas criaturas es muy tentador, no hay que olvidar que los elefantes suelen crear una relación íntima con su mahout (persona que los cuida), razón por la que los dejan acercase. De otra forma, el contacto con un ser humano puede resultar muy estresante para ellos.
Ser voluntario en un santuario de elefantes
Para aquellos que realmente quieren interactuar con estas criaturas, existe la opción de realizar un voluntariado guiado y bajo estrictas normas de control y calidad en favor de los animales. Iniciativas como AFS, viajes de eco-voluntariado y Nomad Republic ofrecen distintas opciones que van desde alimentar, bañar y realizar largas caminatas con bebés elefantes, hasta hacer campañas informativas para alertar a los viajeros sobre el turismo responsable.
¿Qué más hacer en Chiang Mai?
Chiang Mai, que significa “ciudad nueva”, es hogar de Doi Inthanon, el pico más alto de Tailandia (con 265 metros). En la punta hay un observatorio astronómico y dos impresionantes pagodas rodeadas de jardines de flores. En los alrededores hay varias cascadas, aunque no necesariamente se antoja tomar un baño. Cabe destacar que los precios varían: para locales son unos y para turistas otros.
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