Quién pensaría que el escritor Antoine Saint-Exupéry tuvo que cruzar el continente para terminar, literalmente, en Guatemala. Ahí en la frontera sur encontró la inspiración que tanto había buscado. El escritor (que también era piloto) hizo una breve parada en el país de Centroamérica para cargar combustible, al despegar, una complicación enturbió el vuelo y la aeronave cayó. La gravedad del accidente fue tal, que Saint-Exupéry permaneció varios días en coma.
Durante su convalecencia se trasladó a Antigua y cuando pudo levantarse se dedicó a recorrer las calles de la ciudad colonial; famosa por sus flores, su clima cálido y sus volcanes. Durante esta época, en 1938, empezó a trazar en su cabeza el que se inauguró a convertir en su libro más exitoso: El Principito. Fue tanta su conexión con este sitio, que para muchos expertos Saint-Exupéry imaginó en este pueblito el escenario que le daría vida a las aventuras del principito; ese ser que viajaba por varios planetas para encontrar el sentido de la naturaleza, la amistad, el amor y la vida.
“Me creía rico con una flor única y no poseo más que una rosa ordinaria. La rosa y mis tres volcanes que me llegan a la rodilla, uno de los cuales quizá está apagado para siempre.”
La rosa, la boa y los volcanes
Entre todos los volcanes que hay Guatemala, vale la pena destacar el Cerro de Oro en Lago Atitlán, un montículo inactivo que es prácticamente idéntico a la famosa ilustración de la boa que se traga al elefante. En la novela de Saint-Exupéry, también se alude a las rosas que abundan en el pueblo. Estas interpretaciones sugieren que el Asteroide B 612 se inspiró casi totalmente en Antigua.
“Tener un amigo es un verdadero privilegio y si uno se olvida de ellos se corre el riesgo de volverse como las personas mayores que sólo se interesan por las cifras y los números.”
Sobre Antigua, Guatemala
Antigua es un sitio misterioso y deslumbrante. Conserva su arquitectura colonial única, paisajes deslumbrantes y playas a las que se puede llegar a píe. Hay tanto que ver que cuando uno llega no sabe hacia dónde mirar; aquí todo es producto de un sincretismo único en el planeta; en el lo indígena coexiste magistralmente con la naturaleza y con el legado que dejó la conquista. Este destino es tan esencial para Latinoamérica que en 1979 fue declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO.
Qué hacer
Hay que visitar el Ex convento de las Capuchinas, la iglesia de la Merced y el Museo de Arte Colonial. Pero sobre todo se recomienda ir a las ruinas en Tikal, el punto de conexión entre las civilizaciones Olmeca y Maya, que fungió como un importante centro comercial a.C. La historia de este sitio refleja el desarrollo cultural de Mesoamérica. Ahí también se puede hacer avistamiento de aves, entre ellas del quetzal, especie nacional de Guatemala.
Dónde dormir
Casa Santo Domingo, con arcos de piedra, fuentes y paredes reconstruidas, funcionó como convento hasta 1773, cuando cesó funciones. En 1991 se convirtió en alojamiento de lujo con 130 habitaciones, piscina y otras amenidades. Puedes encontrar más información del hotel aquí.
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