Isla Espíritu Santo, un pedazo de desierto rodeado de mar turquesa
La superficie rocosa y árida de la isla y el azul turquesa del Mar de Cortés crean un contraste armonioso y único.
POR: Paola Gerez Levy
De las 3.000 islas que existen en México, aproximadamente la mitad están distribuidas a lo largo del Mar de Cortés, es decir, cerca de 900. Cinco de ellas –Isla Espíritu Santo, Isla Partida y los islotes Ballena, Gallo y Gallina– se encuentran en la entrada de la Bahía de La Paz y destaca de las demás no solo por su belleza y sus paisajes, sino por su importancia ecológica.
Peces, aves, reptiles, anfibios y mamíferos –16 de ellos especies endémicas– llenan de vida la Isla Espíritu Santo. En una expedición de un día, con la mejor de las suertes (y si viaja en las fechas apropiadas), se pueden llegar a divisar desde miles de peces en los arrecifes rocosos y mantarrayas gigantes hasta tortugas de carey, ballenas jorobadas, tiburones martillos y, por supuesto, los adorables lobos marinos.
Nadar con lobos marinos
En esta isla existe la colonia de lobo marino californiano más grande de todo el golfo, albergando a más de 300 animales. Este sitio, apodado La Lobera, es un parada obligada en un recorrido en lancha alrededor de la isla sobre todo durante los meses de verano, cuando nacen los bebés y la población de lobos (que se distinguen de las focas por tener pequeñas orejas) crece.
Estos pequeños pasan sus días nadando y jugando con los demás, no importa si se trata de otro animal o de un viajero con snórquel. Al bucear en las proximidades de la colonia, los cachorros pueden llegar a acercarse tanto a las personas que se pueden tocar con tan solo estirar el brazo.
¿Cómo se forma una isla tan peculiar?
Las islas se crean de dos maneras: cuando se inunda un valle y sus elevaciones se rodean de agua, o cuando una enorme porción de tierra se separa de otra, dejando como resultado de la ruptura múltiples migajas de roca regadas cerca de las costas. En el caso de la Espíritu Santo sucedió lo último. Con el movimiento telúrico surgieron las formaciones de roca volcánica que son característicos de la isla, como un arco de piedra o La Máscara, un curioso monolito que se asemeja a una cara.
Más de cuatro siglos de historia
Los primeros registros de la existencia de este desierto rodeado de agua se puede rastrear a 1535, cuando los españoles alcanzaron las tierras californianas. Cortés la llamó inicialmente Isla de las Perlas debido a una pequeña bahía de la isla en donde se cultivaban estas joyas nacaradas. Sin embargo, fueron las órdenes jesuitas quienes más tarde le otorgaron el nombre que tiene hoy.
Los primeros habitantes de la isla fueron la gran variedad de animales que se pueden ver en la actualidad. Esta biodiversidad es única en el mundo, y esto se debe a que esta región marina se ubica en una zona entre las temperaturas tropicales y las templadas, creando condiciones muy particulares. Sin embargo, alrededor de ente tropical y templado.
Por otro lado, los primeros pobladores de la isla se cree que fue la tribu pericú hace unos 10 mil años, una cultura de la prehistoria extinta hace alrededor de dos siglos. Existen teorías de que estas personas puedan ser descendientes directos de los primeros pobladores que llegaron al continente americano desde Asia.
Llegar a Espíritu Santo
Existen varios vuelos –de 2:15 horas de duración– que salen de la Ciudad de México con destino a La Paz. Una vez en la ciudad, sólo queda un trecho de 25 kilómetros y unos 40 minutos de camino en lancha. Por otro lado, existe la posibilidad de rentar un velero y zarpar sin prisa hasta llegar a la orilla insular.
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