Una parte incómoda de viajar en avión es que siempre existe la posibilidad de pasar una noche en el aeropuerto. Aunque no nos guste reconocerlo, tomar vuelos en la madrugada o esperar ante un retraso muchas veces nos orilla a dormir en un hotel cercano al puerto aéreo. La buena noticia para quienes se enfrentan a este tipo de inconvenientes es que pronto abrirá TWA Hotel, un sitio cómodo y lleno de personalidad que está a muy pocos metros de las las pistas del JFK de Nueva York.
A diferencia de la mayoría de los hoteles de aeropuerto, orientados hacia la practicidad, TWA coloca el diseño y la arquitectura en primer lugar. Su ubicación es única, pues ocupa el espacio que fuera la terminal de Trans-World-Airlines en los años sesenta. Para la reconstrucción de este espacio (que permanecía abandonado) esa década del siglo XX fue una gran inspiración, pues aunque el mobiliario es nuevo, en cada detalle del edificio se hace alusión a ella.
Además, a pesar de estar al lado del tráfico aéreo, sus 512 habitaciones son muy silenciosas gracias a que están resguardadas por una cortina de vidrio de 11.5 cm de grosor, misma que también actúa como un ventanal de piso a techo. La decoración de cada cuarto se pensó en torno a 1962 –año en que la terminal inició operaciones– y con un estilo que se deja ver en sillas de la época, mesas de madera e incluso un teléfono de disco.
Por otro lado, el tiempo no sobrará dentro de este hotel, pues cuenta con un un enorme gimnasio y una terraza en la azotea que invita a las personas a esperar su vuelo de manera relajada y sin la incomodidad de encontrarse dentro del aeropuerto. Un claro ejemplo de esto son sus seis restaurantes y ocho bares en los que los huéspedes pueden elegir entre la comida de Departures Hall Dining o una cena gourmet en The Paris Café, dirigido por el chef Jean-Georges Vongerichten.
El TWA Hotel abrirá sus puertas el próximo 15 de mayo. Como todos los hoteles de aeropuerto será accesible por la calle, pero también será el único, en todo JFK, al que se podrá llegar mediante el Air Train que recorre sus terminales.
Una habitación
No hay diferentes categorías en las recámaras, pero todas contarán con vista a dos de las pistas de aterrizaje más utilizadas en Norteamérica. Además, los baños serán una oda a la cultura hollywoodense: los espejos estarán rodeados de un marco negro y múltiples focos redondos.
Personaje clave
El arquitecto de la terminal fue Eero Saarinen. Su formación modernista, a mitades del siglo XX, hizo que diseñara esta parte del JFK con ideas sumamente vanguardistas. Detalles que permiten echar un vistazo a cómo era viajar hace 50 años.
Espacio público
La infinity pool y la terraza del último piso estarán al aire libre y desde ellas se podrá admirar el movimiento del aeropuerto –el quinto más grande de Estados Unidos– desde una cercanía que no brinda ningún otro sitio en el mundo.
Detalle
Dentro del hotel habrá un museo donde se exhiben más de 2 mil objetos que se utilizaron cuando operaba TWA (de 1930 a 2001). La muestra incluirá menús, diarios de sobrecargos, mobiliario de aviones y accesorios de viaje. A unos días de la inauguración ha estado curada por la New-York Historical Society.
Platillo
Aunque los menús aún no están completamente diseñados, los platos en los restaurantes estarán inspirados en la comida que anteriormente disfrutaban los pasajeros a bordo de los aviones.
Bebida
Todo el café que se preparará en el hotel, desde los restaurantes hasta las habitaciones, es de la marca Inteligentsia. Esta compañía consigue los mejores granos de café alrededor del mundo para ofrecer desde un instantáneo hasta un expreso.
Lo imperdible
Una estancia no estaría completa sin tomarse un trago en Connie, un avión de la antigua flota de TWA que fue restaurado en 1958 y más tarde adaptado a un bar lleno de murales y un ambiente tranquilo.
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