Entre las múltiples bondades del café, destaca su uso para crear composta, un fertilizante natural que ayuda a reverdecer pasto, plantas, flores y hasta jacarandas.
Recientemente, este abono orgánico demostró su poder en Querétaro, donde una multitud de plantas y árboles fueron nutridas con una composta especial que incluía, entre sus materias primas, los residuos de granos que había en miles de cápsulas de aluminio Nespresso –reusadas en un 100%–.
¿Cómo llegó el café a las áreas verdes?
Las cápsulas se pesan y se separan, y luego se secan de manera natural bajo el sol de Querétaro. Después se colocan en una máquina que separa el aluminio del café. El subproducto de material químico se recicla y da vida a un sinfín de artículos: plumas, navajas o letreros (deja de usarse en la industria de alimentos). En cuanto al café, ya limpio y sin restos de humedad, se almacena en costales que son donados a Maxi Tierras, un pequeño negocio familiar que hace abono para emplearlo en zonas públicas (donde a veces hay jacarandas) o, bien, lo distribuye entre particulares interesados en cuidar áreas verdes de manera natural.
¿Cómo puedo reciclar mis cápsulas?
Al realizar la compra de café Nespresso, basta solicitar la bolsa reciclable para almacenar las cápsulas usadas. Una vez llena –o no– se puede dejar en alguna de las boutique de Nespresso (16) o en cualquiera de los 400 puntos de Estafeta alrededor del país. Desde ahí son enviadas a REMSA, la planta de reciclaje en Querétaro para su tratamiento (acopio, rehúso y reciclaje).
¿Por qué aluminio?
Se usan cápsulas de aluminio dado que mantiene la frescura del grano, además de que ofrece la mejor protección contra el oxigeno, la luz y la humedad; elementos naturales que pueden afectar el sabor del café. Para 2020, Nespresso prevé usar aluminio 100% sustentable. También se espera realizar la recolección a domicilio al comprar en línea.
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Foto de portada: Santiago Arau
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