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La fascinante relación entre los murciélagos y el tequila (crónicas de un gran animal)

El murciélago magueyero ha polinizado los agaves mexicanos desde hace millones de años, y no deberían de dejar de hacerlo.

POR: Paola Gerez Levy

Jalisco, Michoacán y Nayarit, Sonora, Durango, Guerrero, Oaxaca, San Luis Potosí y Zacatecas tienen algo en común. Todos cuentan con denominación de origen de destilados producidos con diversas especies de agave. Pero antes de que estas bebidas ganaran fama mundial, hubo un animalito que hizo posible el crecimiento de estas suculentas en el territorio nacional: los murciélagos.

Desde hace millones de años, el murciélago magueyero –cuyo nombre científico es Leptonycteris– ha sido el responsable de polinizar las flores de estas plantas, seleccionando cuidadosamente las que tienen más néctar, para dar como resultado agaves de excelente calidad por su alto contenido de azúcar.

Dicho eso, es correcto asumir que sin estos animales no habría agaves tequileros, mezcaleros ni pulqueros, los cuales solo conforman una fracción de las 138 especies endémicas que crecen en suelo mexicano (de las 200 que existen en el mundo). Por consiguiente, sin su labor no podríamos disfrutar de un trago ardiente de destilado durante la comida.

Agaves en Zacatecas. Foto: amante Darmanin / Flickr

¿Qué se sabe de los murciélagos magueyeros?

Estos son una de las 12 especies mexicanas de nectarívoros y habitan desde Arizona y Nuevo México hasta Guatemala y El Salvador, pasando por el centro y oeste de nuestro país. Su naturaleza es nocturna, por lo que permanecen en cuevas, hoyos en los árboles y hasta en los recovecos de construcciones en zonas urbanas durante el día, y en la oscuridad salen a alimentarse del néctar de las flores de los agaves, las cuales abren de noche y crecen en quiotes, tallos altos que florecen en su parte superior.

Quiote.

Dicha actividad es un beneficio mutuo, pues los murciélagos se nutren y a la vez permiten la reproducción de las plantas, ya que al acercarse a su néctar y succionarlo a través de su larga lengua, su cuerpo se cubre de polen.

Los murciélagos son los únicos mamíferos que puede volar, existen alrededor de mil 300 especies. Mientras que la mayoría son insectívoros, también están los que subsisten a base de néctar, de frutas y hasta de sangre (de ahí la mala fama que cae sobre estos animalitos, aunque solo tres especies tengan esta forma alimenticia). De este modo, son capaces no solo de polinizar, sino de controlar plagas de insectos y de diseminar semillas de árboles frutales.

Foto: Instituto de Ecología UNAM / cortesía Marco Tschapka.

Una especie que hay que cuidar

Debido al estigma de los murciélagos vampiros y de que la especie puede llegar a transmitir varias enfermedades, las personas han atacado a estos animales desde hace muchas décadas. Esto, junto con el deterioro de sus hábitats naturales, ocasionó que de 1993 a 2013 estuvieran catalogados como especie amenazada en México.

Si bien es una buena noticia que los murciélagos hayan salido de esta lista roja, esto no significa que gocen de una vida abundante. Esos mamíferos voladores todavía luchan contra la escasez de flores en México debido a las prácticas de cultivo modernas, las cuales ya no se basan en el crecimiento natural de los agaves, sino que implican el corte de la planta antes de que ésta entre en su fase de floración.

Es decir que, para multiplicar las plantas, se utilizan “hijuelos”, que son agaves de menor tamaño que crecen en la base de los grandes. El problema de esto es que son genéticamente iguales, lo que ocasiona que el campo de cultivo sea menos variado y que sea más propenso a contraer enfermedades y bacterias.

Foto: Ana Luisa Gamboa / Unsplash

La iniciativa que busca cambiar la situación

Para revertir este panorama, que permite a las productoras manejar enormes volúmenes de piñas de agave pero que deja sin alimento a los murciélagos magueyeros, surgió Bat Friendly. Se trata de una propuesta de la UNAM junto con Tequila Interchange Project en la que, por cada 20 plantas sembradas, se deja florecer una para los nectarívoros. Este agave no estará perdido, simplemente se podrá utilizar tres o cuatro años después. Por último, busca que se destine el 0.1% de las ganancias de la industria de estos destilados para el estudio de los agaves y de esta fascinante especie polinizadora.

Estudio de un maguey, ca. 1794.

El rol de los murciélagos en la pandemia

Una de las teorías referentes a lo que provocó la pandemia apunta a que el SARS-CoV-2 se originó en un murciélago. A esto, The Guardian reporta que los especialistas piensan que hubo una especie intermediaria entre el mamífero volador y la primera persona infectada.

La inmunóloga Michelle Baker dijo a este medio inglés que el murciélago como animal de origen es “un escenario muy probable, pero nunca lo sabremos”. Esta sentencia nos deja con la pregunta ética y sanitaria de si se deberían de seguir vendiendo animales vivos en espacios cerrados. Quizá deberíamos fijarnos en las prácticas de los humanos en vez de culpar a los animales.

Pangolines. Foto: Gregg Yan

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Foto de portada: Geoff Brook / Unsplash

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