Todos hemos estado en ese estado de ánimo desesperado y ansioso que invade nuestro cuerpo entre el momento de aterrizar y el abrir de las puertas para desembarcar el avión. Es como llegar, pero todavía no. Los pasajeros se impacientan, algunos se levantan –contra las indicaciones de permanecer abrochados– a acomodar sus mochilas, las conversaciones son cada vez más numerosas y altas y solo los afortunados de la ventana pueden mirar cómo se acerca el tan esperado momento de estacionarse en la terminal.
Algunas personas lo padecen más que otras, como fue el caso de una mujer que, impaciente por bajar del avión, decidió abrir la puerta de la salida de emergencia para salir. Después de aterrizar el 31 de agosto en el aeropuerto internacional de Kiev, Boryspil, tras un vuelo de 2:30 horas –venía con su familia de unas vacaciones en Antalya, Turquía–, la pasajera se desesperó y salió porque tenía calor, según reporta CNN.
En un video difundido por las redes del propio aeropuerto se ve a la mujer mientras pasea tranquila por el ala, e incluso sentada en la parte posterior de ésta, aparentemente sin estar consciente de que estas estructuras, aunque enormes y metálicas, son delicadas y únicamente se pueden pisar en ciertas áreas designadas.
¿Qué pasó con la pasajera?
Para cuando esto sucedió, ya muchos usuarios habían descendido del avión, y por suerte en este caso las puertas de emergencia laterales de los Boeing 737 no están equipadas con toboganes desplegables. Después de que el personal de la aeronave la convencieron de regresar, llegaron las autoridades del aeropuerto y comprobaron que no se encontraba alcoholizada ni drogada. Su sanción fue una multa económica y un veto de por vida de volar con la compañía Ukraine International Airlines.
A todo esto, algunas razones para viajar a Antalya
Si uno contara con el catalejo más potente de la historia y se parara sobre la costa de Antalya, alcanzaría a ver la silueta de Alejandría. Y es que Antalya se ubica en Turquía, en la llamada Costa Turquesa del Mediterráneo turco. Se trata de un famoso destino playero que, desde tiempos de los romanos, ha captado la atención de los viajeros gracias a la arena blanca, agua cristalina y los boscosos Montes Tauro en el fondo.
Hoy en día Antalya está llena de hoteles boutique, spas y hammams, clubes de playa y restaurantes tradicionales. Vale la pena sobre todo recorrer el viejo puerto, cargado de milenios de historia, y dedicarle un tiempo a perderse por las callecitas empedradas de fachadas otomanas del barrio antiguo –Kaliçi– y asomarse a las tiendas de té y a los bazares.
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Foto de portada: Lucas Davies / Unsplash
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