Es difícil describir Ucrania sin considerar su pasado soviético. A pesar de obtener su independencia en 1991, este país aún batalla bajo la sombra de Rusia; no obstante, la capital ucraniana, Kiev, ha mostrado un gran empuje cultural en los últimos años y se ha convertido en una ciudad cosmopolita. De la mano de una nueva generación de emprendedores, artistas y diseñadores, hoy Kiev está más lejos que nunca de la Cortina de Acero.
DÍA UNO
MAÑANA
La avenida Khreshchatyk es la vía principal de Kiev y sufrió un gran daño en la Segunda Guerra Mundial, por lo que fue reconstruida —según el estilo neoclásico característico de la URSS de Stalin— en las décadas de 1950 y 1960. Aquí se encuentra el mercado central Besarabsky, donde, además de degustar productos orgánicos frescos —cortesía de las babusias en cada puesto—, aún se puede apreciar la estructura original del edificio, con muros de ladrillo, arcos de metal y enormes ventanales.
También en Khreshchatyk, las dos tiendas de Vsi Svoi —moda y mobiliario con diseño ucraniano— son una excelente opción para las compras. O bien la tienda de lujo TsUM —antes Tienda Departamental Central Universal, llamada así por los bolcheviques—, que ahora se compara con Harrods o Galeries Lafayette. Justo frente al parque Mariinsky, el hotel Kyiv recuerda con nostalgia el lujo de ser un huésped en la Unión Soviética. Asimismo, el hotel Salyut es otro de los íconos soviéticos modernos que difícilmente pasan inadvertidos.
TARDE
Kyiv Food Market, con diseño de Balbek Bureau, se encuentra en el antiguo arsenal de Catalina la Grande y es una excelente opción para comer y tomar un trago. El sitio incluye también el museo de arte y cultura Mystetskyi Arsenal, situado frente al antiguo monasterio ortodoxo de Kyiv-Pechersk Lavra, que data del siglo XI. Continuando sobre la calle Lavrska, el Monumento a la Madre Patria (para muchos controversial, ya que recuerda el pasado comunista) es una enorme escultura que forma parte del parque conmemorativo de la Segunda Guerra Mundial.
NOCHE
La gastronomía de la región de Crimea comparte influencias de Asia central y la Ruta de la Seda, y es un verdadero agasajo. Un buen lugar para probar distintos platillos típicos es Musafir, donde hay que pedir plov, laghman, mante, shashlik, cheborik y yantek. Después, una visita a cualquiera de las puestas en escena de la ópera es garantía, una tradición que se remonta al siglo XIX, cuando reinaba el antiguo imperio ruso. Aunque, si se trata de vida nocturna (y el cuerpo aguanta), lugares como Closer o Cxema jamás decepcionan a las almas fiesteras.
DÍA DOS
MAÑANA
Un buen desayuno en Kosatka, seguido de un paseo por la calle Reitarska, y estarás en el epicentro del arte, el diseño y la cultura contemporáneos. Visita la galería The Naked Room y toma un café en Kashtan o Zigzag. Después camina hacia la catedral de Santa Sofía, uno de los íconos de Kiev (con frescos que datan del siglo XI), para seguir hacia el antiguo barrio de Podil, que es muy transitable.
Hay que visitar el mercado Zhitnii Rynok, el cual existe desde tiempos del Rus de Kiev medieval y que ahora luce una estructura soviética moderna, con relieves en aluminio de los diferentes estados de la URSS en su exterior y rodeado de ventanales, con un claro gigantesco en el interior.
TARDE
Pausa para un café en Kachorovska, el atelier de zapatos y bolsas de piel hechos a mano que pasó de ser un pequeño negocio familiar a una concept store. Al movernos al distrito de Lypky, se distingue la arquitectura de Wladislaw Horodecki, en particular la Casa de las Quimeras, en la calle Bankova, frente a la residencia presidencial. Sobre estas calles no predomina un estilo arquitectónico único, sino que el neoclásico, el art nouveau e incluso el renacentista conviven pared con pared.
NOCHE
El centro de arte contemporáneo Pinchuk suele ser un punto de encuentro para los lugareños. La entrada es libre y el recorrido termina en el café del sexto piso, con vista a la ciudad.
Otros sitios imprescindibles
En fin de semana vale la pena visitar el mercado de pulgas de Petrivka, que tiene una gran variedad de artículos retro y todo tipo de libros.
En el parque Taras Shevchenko, la galería 19/6 muestra lo mejor del arte local y de Asia central.
Las opciones para comer y beber en el hotel BURSA: el café/bistro White Noise, el rooftop 1818 y el bar Parakalo.
¡El metro! De lo mejor que dejó la Unión Soviética. Todas las estaciones son increíbles, pero la de Zoloti Vorota se lleva el premio.
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