A los 16 años esta joven cruzó el Atlántico en un velero
La joven activista que quiere salvar al planeta.
POR: Redacción Travesías
Greta Thunberg es una activista sueca de 16 años que en 2018 marcó la pauta entre jóvenes y adultos al protestar frente al Parlamento en Suecia para intentar convencer a los funcionarios de tomar acciones contundentes y eficaces contra el calentamiento del planeta. Su preocupación y determinismo se propagó entre decenas de estudiantes de otros países, y de ahí nació el movimiento Viernes por el futuro (#Fridays for future), en el cual los jóvenes faltan a la escuela para ejercer presión entre los gobernantes y obligarlos a que asuman una postura ante la crisis climática mundial.
Desde entonces, Greta Thunberg se ha convertido en una especie de portavoz de aquellos que buscan frenar la destrucción de los ecosistemas. De ahí que la joven decidiera sumarse a la Cumbre de la ONU sobre el cambio climático que se realizará este 23 de septiembre en Nueva York.
Pero ¿cuál es la novedad en esto? que Greta rechazó viajar en avión –a causa de las emisiones (primero la congruencia)– y optó por atravesar el Atlántico a bordo de un velero con tal de garantizar un traslado libre de contaminantes y amigable con el medio ambiente.
La odisea duró dos semanas. En el viaje la chica sumó unas tres mil millas marinas desde el sur de Inglaterra hasta las costas de Manhattan, a bordo de un velero “cero carbono” que cuenta con paneles solares en su cubierta y paredes, así como turbinas submarinas que suministran la energía necesaria. El Malizia II fue pilotado por Pierre Casiraghi, hijo de la princesa Carolina de Mónaco, y por el navegante alemán Boris Herrmann, quienes le ofrecieron un lugar a la joven.
En lo que va del 2019, Thunberg se ha pronunciado en Bruselas, París, Berlín, Roma, Londres, Hamburgo y Estrasburgo. Cada viaje, se sabe hasta ahora, lo ha realizado sin poner un pie en un avión.
Si quieren formar parte de este movimiento en pro del planeta, entren aquí.
¿Cómo disminuir nuestra huella de carbono?
La huella de carbono es el impacto que se provoca a raíz de las actividades del ser humano en el medio ambiente, entre ellas, viajar. Y es que si bien el transporte terrestre contribuye con más de tres cuartas partes al efecto invernadero, la aviación coopera con un 2% del total –si ésta fuera un país, se colocaría entre los primeros diez más contaminantes, según cifras del Grupo de Acción de Transporte Aéreo (ATAG)–.
¿Qué podemos hacer? Además de adquirir el complemento Compensaciones de carbono al viajar en avión, vale la pena hacer acciones personales como: usar menos el automóvil, utilizar bolsas de tela en lugar de plástico y evitar el consumo de productos que vienen en contenedores de único uso (por mencionar algunos).
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Foto de portada: Reuters
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