Algo sobre el 29 de febrero (el día que sólo ocurre cada cuatro años)
¿Por qué los años bisiestos sólo ocurren cada cuatro años?
POR: Redacción Travesías
Además de raros y esporádicos, los años bisiestos son complicados; al menos a la hora de hacer el cálculo para saber cuándo van a suceder. Un año tiene 366 días si es divisible entre cuatro. Ahora si el número es fraccionable entre 100, entonces ya no es… Ah, pero si se puede dividir en 400, entonces sí es.
Con todo y ese enredo, los 29 de febrero son necesarios pues de no existir las estaciones quedarían descompasadas: la Navidad caería en medio del verano del hemisferio norte, por ejemplo. Esto, porque la Tierra tarda 365 días, 5 horas, 48 minutos y 45.5 segundos en dar una vuelta al Sol sobre su órbita, lo que arroja un día más, que es el que se recupera cada cuatro años.
El origen del año bisiesto
Según datos históricos, el origen del año bisiesto se remonta al 46 a.C., cuando se registraron desfases en el calendario solar romano. Como primera solución, y para “empezar de cero”, se propuso un crear un periodo de 445 días, nombrado como el Año de la Confusión. A partir de entonces, y por orden del emperador Julio César (quien se había asesorado con el astrónomo y matemático Sosígenes de Alejandría), se “reinició” el ciclo con un nuevo calendario, el Juliano, que ya incluía un día más cada cuatro años. La importancia de esa jornada extra era tal que Roma la conmemoraba con grandes eventos como luchas entre gladiadores y hasta la liberación de cierto número de esclavos.
En 1582, el Papa Gregorio XIII sustituyó el anuario empleando una regla: los años bisiestos tendrían que ser múltiplos de 100 y divisibles por 400; ahí nació el calendario gregoriano que actualmente se usa en casi todo el mundo. Una excepción es China donde la vida cotidiana aún se rige por el calendario lunar tradicional.
Por cierto, ¿cuándo serán los próximos años bisiestos? 2024, 2028, 2032, 2036, 2040, 2044, 2052, 2054…
Qué hacer ese día extra
En 2020, este día extra es un sábado, lo que ofrece la oportunidad de hacer aquello que siempre quisimos, pero que no podíamos por falta de tiempo. Dicho lo anterior, a continuación les compartimos algunas actividades que puede realizar este 29 de febrero:
Pueden visitar Aculco, en el Estado de México, donde uno de los principales atractivos es la Cascada Tixhiñu y su caída sobre columnas basálticas. Con ayuda de los guías locales s posible hacer un descenso de más de 25 metros entre maleza, piedras y un río caudaloso, hasta llegar a la cima y admirar el esplendor de la catarata. Este Pueblo Mágico se encuentra a hora y media de la Ciudad de México en automóvil.
Otra opción es disfrutar lo que la CDMX nos ofrece. Desde un recorrido por el imponente Castillo de Chapultepec hasta una visita a la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco, donde ocurrió la última batalla de Tenochtitlán.
Para los más arriesgados, proponemos: no hacer nada. Tal como se hace en Corea del Sur, donde incluso se realiza una competencia que premia a quien no se mueva durante hora y media. Desde dejar de lado el teléfono, hasta no conversar; el reto es abstraerse en el infinito de la manera más serena posible.
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