Desarrollos de uso mixto, verticalización y una apuesta por espacios más pequeños son algunas de las tendencias que marcan el escenario inmobiliario en la actualidad. El fin: regresar a lo micro, lo práctico y la convivencia en comunidad.
Ciudades verticales
Antes de ser el complejo inmobiliario más costoso en la historia de Estados Unidos, el área que ocupa Hudson Yards, en el West Side de Manhattan, Nueva York, entre otras cosas fue un patio abandonado de trenes. Con una inversión de 25 000 millones de dólares y una extensión de más de 11 hectáreas, este nuevo barrio cuenta con rascacielos, espacios de oficinas, seis torres de residencias de lujo, un centro comercial de siete pisos y hasta una escuela. También es hogar de The Vessel, una monumental estructura —en forma de panal futurista— con 154 escaleras conectadas entre sí y 80 plataformas de observación. La construcción de Hudson Yards comenzó en 2012, de la mano de la desarrolladora The Related Group, y hoy se ha coronado como el proyecto de uso mixto más emblemático del mundo.
Este tipo de proyectos se caracterizan por combinar dos o más usos distintos —ya sea residencial, comercial, cultural o industrial— y fomentar el diseño y desarrollo en comunidad. Para Juan Carlos Ostos, ceo y cofundador de la inmobiliaria mexicana Cinuk, el auge de desarrollos como Hudson Yards obedece a un regreso a los orígenes de la convivencia de las sociedades, a diferencia de las grandes ciudades que, durante el siglo pasado, se extendieron horizontalmente hasta crear las grandes áreas metropolitanas que conocemos ahora. “La gente está migrando su forma de pensar. Los desarrollos de uso mixto buscan darles a las personas una mejor calidad de vida por medio de atractivos y ubicación; que tengan su trabajo cerca, su gimnasio, las escuelas de los hijos”, asegura Ostos.
Juan Ignacio Aranguren, director para Latinoamérica de Zaha Hadid Architects, señala que la tendencia clave está en verticalizar y compactar las ciudades. “Para 2030, tan sólo en Latinoamérica, 82 % de la población vivirá en zonas urbanas. Ese porcentaje da mucho miedo. Las urbes seguirán creciendo y eso no va a ser sostenible”. Hoy, los tiempos de traslado en la Ciudad de México son alarmantes. Según datos del Inegi, 36.6 % de los trayectos para ir al trabajo tienen una duración de hasta media hora; 58.1 %, de entre 31 minutos y dos horas, y, finalmente, 5.3 % de los casos analizados superan las dos horas.
Los desarrollos mixtos se perfilan como una solución a este problema, y en México la fiebre por este tipo de proyectos sigue creciendo. En febrero de 2019 se inauguró Punto Valle, The Town Center, en San Pedro Garza García, Nuevo León. Con una inversión de 5 000 millones de pesos, se trata de un proyecto de usos mixtos de 40 800 m2, que incluye una plaza comercial con más de 190 tiendas de escala internacional, 19 salas de cine, segmento de oficinas de 20 000 m2, un salón de convenciones, más de 4 500 cajones de estacionamiento y el primer hotel Westin de la ciudad, con 175 habitaciones.
Co-living, vivir en la era colaborativa
Dirigido principalmente a jóvenes, el co-living es una forma moderna de vivienda en la cual los habitantes rentan una habitación y comparten espacios comunes. Se trata de un modelo que ha crecido mucho en los últimos años —principalmente en Europa y Estados Unidos—, pero que también ha levantado polémica debido a las diminutas dimensiones de las habitaciones en comparación con el alto costo de la renta.
La empresa británica The Collective es una de las desarrolladoras más importantes en el rubro. En 2016 debutó con una torre de 550 unidades en West London, la primera comunidad de co-living de ese entonces. En 2018, The Collective anunció planes para la construcción de un edificio de co-living y usos mixtos cercano a Broadway Triangle, en Nueva York. Relativamente cerca, en Long Island, se sitúa ALTA, un desarrollo con departamentos convencionales y unidades de vivienda compartida.
“Para nosotros, el co-living refleja las necesidades de varias generaciones que no estaban acogidas por los estándares del desarrollo de vivienda. Estas generaciones no buscan (y muchas veces no pueden) comprar un departamento y en cambio buscan una opción más flexible”, dice Aranguren, de Zaha Hadid. El co-living no representa un mayor riesgo para los modelos tradicionales, pero sí es prueba de cómo éstos pueden adaptarse a las nuevas demandas del mercado. “El sector de la población que se inclina por la vivienda compartida primero busca el sentido de comunidad y es muy probable que, más adelante, decida adquirir una propiedad en ese mismo desarrollo”, agrega Aranguren.
Nuevas formas de habitar el turismo
El sector hotelero también se está transformando y una de las tendencias actuales se centra en ofrecer nuevas formas de hospedaje que faciliten y mejoren la experiencia de viaje de las personas (sin estar del todo vinculado a espacios más grandes). Marriott y Hilton, por ejemplo, han dado la bienvenida a una nueva división de microhoteles: Moxy y Motto, respectivamente. Inspiradas en los hoteles minimalistas japoneses, estas nuevas marcas ofrecen habitaciones más pequeñas, con tarifas más económicas y muebles multifuncionales. Esto con la intención de fomentar que los huéspedes disfruten más tiempo explorando las ciudades que visitan.
Por su parte, los desarrollos que combinan hoteles y residencias de lujo continúan como una tendencia. A menos de una hora al norte de Puerto Vallarta se encuentra la Riviera Nayarit, un auténtico paraíso con 322 kilómetros de costa, hermosas playas y grandes extensiones de selva. A partir de verano de este año, ese destino albergará el proyecto inmobiliario Mandarina, a cargo de RLH Properties, que se compone del resort de playa de lujo One&Only Mandarina, las villas de residencias privadas One&Only Private Homes y el complejo hotelero estilo residencial Rosewood Mandarina, así como un amplio abanico de amenities, como el Club de Polo y Ecuestre Mandarina y el Club de Playa Canalán. Un sueño turístico y residencial en el que la naturaleza y la privacidad son el atractivo principal, y donde la presencia de dos grandes marcas como Rosewood y One&Only representan el sello de garantía.
Mandarina en números:
– One&Only Mandarina será un resort de lujo de 265 hectáreas con instalaciones de primer nivel, entre ellas 104 habitaciones, cinco piscinas, spa, gimnasio de alta tecnología y el Club de Polo y Ecuestre Mandarina.
– One&Only Mandarina Private Homes será una colección de 55 villas de residencias privadas —certificadas con el sello Wellness by Delos™—, que combinarán diseño y tecnología enfocada en el bienestar.
– Rosewood Mandarina será la quinta propiedad de Rosewood en México. Se caracterizará por ser un complejo estilo residencial con alrededor de 128 habitaciones, suites y villas. Contará con tres bares, tres albercas, gimnasio, spa, salones para eventos y diversos restaurantes. Su apertura está programada para 2022.
Texto: Selene Mazón
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