El pasado 24 de septiembre, la Liga Independiente de Escuelas de Samba de Río de Janeiro (LIESA) tuvo que tomar una decisión muy difícil: posponer el Carnaval de Río. En época de COVID-19 no suena a gran cosa porque hoy en día los eventos van y vienen, se presentan fechas tentativas y se vuelven a mover o a posponer indefinidamente. Pues bien, los blocos —como se les conoce a quienes atienden al festival— contaban con la certidumbre de 100 años ininterrumpidos de Carnaval el mes de febrero.
LIESA aseguró en un comunicado oficial que seguirá buscando alternativas para el Carnaval de 2021, que puede ocurrir en otra fecha o incluso en otro formato. La noticia de posponer la fiesta carioca más grande, no se había escuchado desde que se canceló en 1912 por la muerte del ex ministro de Relaciones Exteriores, José María da Silva Paranhos Jr.
Cada año, más de dos millones de personas, de todas partes del mundo, se juntan cada para celebrar al que muchos consideran como el carnaval más grande del mundo (y uno de los más viejos también, ya que se organiza desde 1850). El éxito del evento está en esa sensación del cuerpo que ocurre cuando miles y miles de personas se reúnen con un sólo objetivo en un mismo lugar, para siplemente contemplar el espectáculo. Además en Río, el desfile –interminable– viene acompañado de trajes coloridos, diamantina y muchas plumas.
Y es que, Río de Janeiro es famosa por muchas cosas: sus paisajes naturales, su amor por el fútbol y, desgraciadamente, por ser una de las ciudades con más desigualdad socioeconómica. Una urbe cuya geografía delimita los barrio. Mientras en las montañas escarpadas se encuentran las favelas, los vecindarios más acomodados están cerca del mar. Pero durante los cinco días, previos al Miércoles de Ceniza, la ciudad olvida esas diferencias y toda la población se reúne en las inmediaciones del Centro Histórico, tomando a la Av. Rio Branco como vena principal, por donde desfilan los bailarines y bailarinas más talentosas de la samba.
Tristemente estas características son justo lo que impide que este año se realice la fiesta. No hay que olvidar que parte de la esencia del festival es el aglomeramiento de la gente, una situación imposible de realizar hoy en día
La samba, el himno de Río de Janeiro
Brasil es un país que tiene tres influencias principales: la indígena (más fuerte en la región del Amazonas), la portuguesa y la africana. La samba es casi un símbolo nacional que reúne a todos los brasileños y es una de las principales muestras de las influencias africanas que perduran en el país. En las primeras ediciones del Carnaval, la gente bailaba al ritmo de polcas y valses, no fue sino hasta 1917 que se introdujo el típico ritmo brasileño a la festividad.
Para aprender más sobre este género musical y de baile, un buen punto de partida puede ser esta entrevista de la National Public Radio (la Radio Pública de los Estados Unidos) con el experto en música de todo el mundo Alberto Arcos. La entrevista ocurrió después de que el periodista regresara de un viaje musical por Brasil que, afirma, ha sido uno de los viajes más enriquecedores de su vida. En el audio, Beto recomienda a algunos de los artistas más famosos (y otros por descubrir) de samba y cuenta un poco de su historia.
Para quienes quieran un panorama más amplio sobre la música brasileña y poder cerrar los ojos e imaginar que están en medio del Carnaval, esta es una lista de reproducción titulada “Julio en Brasil” y curada por David Byrne, uno de los fundadores de la banda The Talking Heads.
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