Chihuahua

Las enormes dunas de arena en México y dónde encontrarlas

El Sahara no es el único sitio en donde las montañas se forman con arena.

POR: Paola Gerez Levy

Al levantar la vista, lo único que se ve es arena irregular, como si fuera un tapete arrugado, y tal vez algún arbusto perdido. Se escucha el silencio y reina la paz. Esta es la sensación que genera estar en medio de las dunas. Los amantes de la naturaleza las pueden recorrer sus crestas a pie, y para los aventureros siempre está la posibilidad de hacer sandsurfing y deslizarse por las pendientes sobre una tabla.

Es más común encontrar dunas en las regiones arenosas de los desiertos, denominadas erg. Sin embargo, no es raro que también se formen en las costas, pues sirven como protección contra cambios en la mares y oleajes extremos (existen montes arenosos incluso en la superficie de Marte). De cualquier modo (y aunque no parezca), estas regiones representan microhábitats para especies de animales y plantas.

Por fortuna de los mexicanos, en el país existen varios sitios en donde vivir esta experiencia, tanto en un ambiente árido como playero. Y aunque en México existen numerosos sitios de dunas, seleccionamos los más extensos y donde se elevan los montes más imponentes y desde cuya cumbre se pueden admirar vistas incomparables.

Samalayuca, Chihuahua

Estas dunas se encuentran dentro del Área Natural Protegida Médanos de Samalayuca. El paisaje podría describirse únicamente mediante dos tonalidades: cielo celeste y arena blanca. En esta extensión de 17 mil hectáreas dentro del Desierto de Chihuahua se pueden ver dunas que llegan a medir entre 100 y 300 metros, unas de las más altas en todo el país. Un imperdible aquí es permanecer hasta la noche para presenciar un cielo negro tapizado de estrellas brillantes.

Cómo llegar: solo es necesario conducir 45 minutos desde Ciudad Juárez o 3:30 horas desde Chihuahua.

Chachalacas, Veracruz

A diferencia de las de Samalayuca, estas formaciones no son desérticas sino costeras. También conocidas como dunas del Sabanal, se extienden al norte de la playa de Chachalacas. Gracias a la humedad de estar junto al mar del Golfo, estas montañas de arena oscura tienen una composición maciza, lo que hace posible que sus pendientes sean más pronunciadas. Dichas cuestas son las favoritas no solo para hacer sandboarding sino para recorrerlas a bordo de vehículos 4×4.

Cómo llegar: en coche es un trayecto de poco más de una hora desde Veracruz, y de cinco horas desde la Ciudad de México.

San Nicolás, Sonora

En uno de los extremos del inhabitable Desierto de Sonora existe una pequeña península cubierta de arena que, a la vez, forma la Bahía de Kino. Las dunas en este lugar, si bien no son las más elevadas –alcanzan los 65 metros de altura–, lo que las caracteriza son sus infinitas pendientes. Así, a lo largo de cuestas que llegan a medir 80 metros, deslizarse desde la cima con vista al Mar de Cortés (especialmente al atardecer, cuando la arena se torna dorada) es una actividad que no se puede ignorar.

Cómo llegar: partiendo de Hermosillo, el trayecto es de poco menos de dos horas en coche.

¿Cómo se crean estos paisajes?

Para la formación de las dunas de arena hay tres componentes clave: arena, un terreno más o menos plano y mucho viento. Las tormentas de arena son fenómenos de todos los días en los desiertos. Las corrientes transportan la arena de un lado a otro en ráfagas al ras de la superficie hasta que se topan con un obstáculo, que puede ser una roca o un arbusto.

Basta que unos cuantos granos se atoren para que la arena que carga el viento se acumule poco a poco en ese sitio hasta que, con el tiempo, se eleva hasta formar un montículo. Si tomamos en cuenta que este proceso se ha llevado a cabo desde hace miles de años, no es de extrañar que existan dunas que alcanzan los 500 metros de altura, como las que se ubican en el desierto de Badain Jaran, en China.

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