La Costa Amalfitana (a unos 65 km de Nápoles) es uno de los sitios más paradisíacos de Italia. En esta región, los colores del Mediterráneo contrastan con colinas verdes llenas de casitas de colores que se elevan a pocos metros de la costa. En la cima de una de sus tantas montañas (en el pueblo de Ravello) se encuentra un hotel que tiene la mejor vista de la zona: el Belmond Hotel Caruso.
El alojamiento está dentro de lo que fuera un palacio del siglo XI y más tarde una residencia aristocrática. La construcción es tan esplendorosa que para conservar su arquitectura original y su diseño napolitano se necesitó de un gran equipo de restauradores liderado por el arquitecto Gennaro Passerotti. Los expertos decidieron dejar en las paredes y techos tonos blancos y ocres que recuerdan otras épocas. Además, El Caruso cuenta con 23 habitaciones y 27 suites, todas con suelos de cerámica blanca y azul, muebles de madera que podrían considerarse antigüedades y balcones llenos de enredaderas verdes. Algunas incluso tienen jardín privado con terraza exterior.
Para comer, el restaurante Belvedere, dirigido por el chef Mimmo di Raffaele, es una opción al aire libre donde se ofrecen especialidades napolitanas (aunque también tiene mesas en el interior de un majestuoso salón). Con respecto a los bares, una forma de vivir una experiencia italiana es en el Coctel and Piano Bar, donde suena música en vivo todas las noches.
Una habitación
La Deluxe Sea View Double Room cuenta con una cama king size (o dos individuales), un balcón equipado con camastros y un pequeño desayunador, vista panorámica al mar y un amplio baño de mármol.
Personaje clave
El profesor Antonio Forcellino lideró los trabajos de restauración de los interiores del edificio. Gracias a él se pudieron descubrir y recuperar los frescos que recubrían los techos. Se cree que estas pinturas son las más antiguas de todo el pueblo.
Espacio público
Los jardines del Caruso son uno de sus atractivos principales, pues han existido desde hace más de 100 años. Dar un paseo por los caminos rodeados de árboles de limón y de olivo, hierbas aromáticas y enredaderas de rosas es una experiencia natural y relajante.
Algo imperdible
El hotel ofrece el servicio de recorridos a bordo de un pequeño barco. Ya sea durante la mañana para escuchar a las aves o al atardecer con una copa de Prosecco. Esta es una forma diferente de descubrir la costa Amalfitana y sus colores.
Platillo
Un platillo sencillo pero exquisito es el Spaghettoni “Ravello” Vicidomini. Una porción de pasta larga acompañada de una salsa de jitomates Corbara y San Marzano y pesto de albahaca.
Bebida
No importa si en el clásico bar o tomando el sol en la alberca, en el Caruso siempre es hora de un Bellini, un cóctel clásico preparado a base de jugo de durazno y Prosecco de la región.
Detalle
Es posible ver los frescos originales de estilo napolitano en el techo del Arcade Bar. Estas pinturas fueron realizadas entre los siglos XVII y XVIII y en ellas se pueden distinguir figuras de dioses, flores, ninfas y formas geométricas.
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