Estas son las grutas azules y luminosas del Mediterráneo en Grecia
Dentro de estas grutas naturales, el color predominante es el azul y no el negro.
POR: Paola Gerez Levy
Desde tiempos milenarios los antiguos griegos y romanos navegaban por las aguas del Mar Mediterráneo y podían ver el armonioso contraste entre el color arenoso y cálido de la roca caliza de las islas y los tonos turquesas del océano. Esto no ha cambiado. Todavía hoy, algunas de las escenas que cualquiera desearía inmortalizar en la memoria se encuentran en las costas de Grecia. Parte de lo que hace a las islas griegas tan atractivas y cotizadas por viajeros de todo el mundo es su naturaleza: veredas, aguas transparentes y cerros que ofrecen vistas panorámicas del océano.
Sin embargo, un atractivo imperdible que no se encuentra en todas las islas son las cuevas azules, formaciones geológicas en donde no reina la obscuridad (como en las cavernas comunes), sino un resplandor azul intenso. Esta iluminación única es provocada por la luz del sol, la cual entra por un pequeño orificio y refleja el azul de agua en las paredes de la bóveda, como si se tratara de un embudo de luz.
Estas aberturas son únicamente accesibles por agua. Generalmente, existen excursiones especialmente diseñadas para admirar la belleza de las cuevas, pero esa no es la única forma de descubrir estos lugares. Los aventureros tienen varias posibilidades extras, como velear a lo largo del litoral y admirar extrañas formaciones rocosas o entrar buceando al interior de las grutas.
Dado a que la roca caliza tiende a desquebrajarse, existen varias islas en donde predomina este tipo de paisajes, pero la luz y la iluminación azulada son particularmente llamativas en dos de ellas: las cuevas azules de Zakynthos y Kastellonizo, una a cada lado de Grecia.
Zakynthos
Esta es la segunda isla más visitada de Grecia después de Corfu y una de las más extensas del Mar Jónico –la porción del Mediterráneo al oeste del país. Se puede hacer un recorrido entre los arcos y los pilares de roca que adornan el acceso antes de adentrarse en la cueva. Dentro, el azul turquesa se refleja por todos lados como si se tratara de una sustancia radiactiva. Se puede ver a lo largo de todo el día, pero la hora en que este espectáculo es más intenso es durante la mañana y hasta el mediodía.
Kastellonizo
Esta pequeña isla forma parte del Dodecaneso, un archipiélago de 163 islas griegas cercanas a las costas de Turquía. En una barrera de roca en el lado oriente de Kastellonizo se encuentran dos de estos caleidoscopios naturales: la cueva azul y la gruta azul. La más atractiva que se puede visitar es la cueva, pues la luz refleja el azul del agua con mayor intensidad. La mejor hora para presenciarlo es al amanecer y en la mañana; ahí parecerá que un foco de luz fluorescente ilumina el hueco en la piedra.
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