Destinos

Hermosos cementerios alrededor del mundo (y por qué visitarlos nos llena de paz)

Los cementerios son museos al aire libre que nos abren las puertas a entender la muerte en diferentes culturas.

POR: Paola Gerez Levy

En el mundo existen miles de culturas; tan diversas como fascinantes. Y si bien cada una tiene sus particularidades, hay algo que todas comparten, un respeto específico por  la muerte que se ve en los diversos rituales alrededor de ella que hay en la Tierra. Aunque suene paradójico cada destino dedica una parte de su vida arquitectónica de la muerte. Cada lugar tiene templos de reposo eternos, por demás solitarios, que se convierten en la sede de fiestas que duran días o en las casas de personas célebres o poetas. Los panteones son los sitios en los que uno va a existir por siempre y por lo tanto su función social es mucho más profunda de lo que su propia fatalidad nos permite entender.

Algo especial de los cementerios es que actúan como museos al aire libre. Podemos conocer mucho de las culturas y su historia mediante el estilo de sus mausoleos, tumbas y criptas. Además de las bellezas de otro tiempo, los panteones, aunque suene raro, son verdaderos santuarios de tranquilidad. Ahí entre las las construcciones fúnebres se pueden abrir (como en ningún otro espacio) las puertas de la reflexión, la introspección e incluso de la concentración. Ahí donde vive todo lo que ya podrá ser, pensar en el futuro es inevitable. 

Hay que aclarar que no todos tienen esta cualidad pacífica, por ello, buscamos un grupo de cementerios que son perfectos para pasar un rato más sereno. No sólo porque reconocemos su relevancia turística, sino porque estos panteones están habitados por el silencio que a veces un viajero necesita para transformase.

Cementerio de la Recoleta

Buenos Aires

El origen de este sitio se remonta a finales del siglo XVIII, cuando la orden de los Recoletos se instaló en la capital argentina. Si bien abrió sus puertas como un cementerio público en 1822, en la actualidad se le reconoce más por acoger los restos de la aristocracia del país. Esto se debe a que, con la epidemia de fiebre amarilla en 1870, los ricos de la ciudad se mudaron a esta zona porteña y adoptaron este panteón como sitio predilecto de descanso. Dentro destacan 80 bóvedas y tumbas (entre ellas la de Eva Perón) que, por su arquitectura, son consideradas monumentos históricos.

En un inicio, este cementerio era exclusivamente para católicos.

Highgate Cemetery

Londres

Su ubicación al norte de la capital inglesa es resultado de un Londres rebasado de muertes y sin sitios en donde enterrar los cuerpos. Así, se decidió inaugurar en 1839 un nuevo panteón, amplio y lleno de naturaleza, para darse abasto. La bienvenida al sitio la dan un par de capillas góticas con torrecillas de madera y un campanario central. Si uno pasea por aquí podrá apreciar los pormenores de la arquitectura funeraria de la región e incluso encontrarse con la tumba de Karl Marx, quien falleció en 1883.

Después de un periodo de abandono en los 70, Highgate se recuperó y atrae a los turistas.

Cementerio de Père Lachaise

París

El nombre del panteón proviene de François d’Aix de La Chaise, el padre que fuera confesor del rey Luis XIV. Sin embargo, su construcción se llevó a cabo durante el reinado del emperador Napoleón I. Lo que hace a este sitio tan atractivo es que se ideó, desde un inicio, como un cementerio-parque dotado con unos cinco millares de árboles que adornan los caminos. Sobre ellos se encuentran alrededor de 70 mil tumbas de todos los estilos, desde el neobarroco hasta el gótico o incluso la muy parisina arquitectura Hausmann. Entre ellas resaltan las sepulturas de personajes célebres como Molière, Honoré de Balzac, Oscar Wilde o Frédéric Chopin.

Père Lachaise se encuentra en el 20º distrito de París.

St. Louis Cemetery No. 1

Nueva Orleans

Basta saber que el estado americano de Louisiana fue parte del virreinato de Nueva Francia para explicarse la gran influencia gala en la ciudad (incluso hasta hoy es posible conocer su barrio francés en el centro). A las afueras de esta zona se encuentra el panteón más antiguo de la región, el cual se construyó en 1789 de una forma que no es tan común en Estados Unidos. Y es que, al tratarse de un territorio inferior al nivel del mar, excavar no es una opción viable para los entierros, por lo que las criptas fueron edificadas hacia arriba. Una de las más visitada es la de Marie Laveau, la reina del vudú.

Muchas de las criptas siguen la traición de los panteones del Mediterráneo.

Cementerio de Okunoin

Koyasan, Japón

A 90 km al sur de la ciudad de Osaka, en lo alto de las montañas, existe un camino  flanqueado por cientos de cedros que conduce al templo mayor del cementerio: el mausoleo de Kobo Daishi. Según las creencias, este personaje fue el fundador del budismo shingon, por lo que este sitio es también la meta de numerosos peregrinajes. Las tumbas se concentran más alrededor de dicho santuario, pero en su totalidad existen cerca de 200 mil espacios para entierros. Dentro, también se puede visitar el Pabellón de las Linternas, cuyos 1o mil faroles alumbran permanentemente.

La entrada al panteón es mediante el puente Ichi-no-hashi.

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