Visitar los restos de las culturas y civilizaciones que nos precedieron es uno de los principales atractivos para viajar. Sin embargo, ciertas zonas arqueológicas se han vuelto mucho más populares que otras. Año con año, miles de personas viajan miles de kilómetros para conocer antiguos templos y ciudades. Pero mientras Chichen Itza, las pirámides de Giza o el Taj Mahal son mundialmente famosas, otros sitios han permanecido fuera del radar.
Iglesias cristianas medievales que están fuera de Europa, ciudades que precedieron a las inca y pirámides que no están en Egipto, son algunas de las zonas arqueológicas que, aunque no son tan conocidas, permanecen como testigos de algunas de las culturas más fascinantes que han existido.
PIRÁMIDES DE NUBIA
Dónde: Sudán
Si bien Egipto monopoliza la imaginación cuando se habla de pirámides, su vecino del sur posee una colección más grande de estas estructuras que el país de los faraones. Las hermosas (y desconocidas) pirámides de Nubia fueron construidas por los reyes kushitas. El reino de Kush perduró por más de mil años (de 785 a.C al 350 d.C) y tuvo intensas relaciones con el Antiguo Egipto. Gracias a estos intercambios, los kushitas adoptaron varias costumbres egipcias, como momificar a sus gobernantes y enterrarlos en pirámides.
Las pirámides de Nubia son más angostas y más pequeñas que las egipcias. Aunque muchas fueron dañadas gravemente en el siglo XIX por los buscadores de tesoros, en la ciudad de Meroe (antigua capital del reino kushita) se conservan los mejores ejemplos. Sin embargo, la dificultad de obtener una visa para entrar a Sudán hace que sus pirámides permanezcan tan desconocidas como si estuvieran cubiertas de arena.
TIWANAKU
Dónde: Bolivia
Cuando los españoles llegaron al Perú, el Imperio Inca se encontraba en su apogeo. Desde entonces, esta cultura ha dominado el imaginario de las culturas prehispánicas en América del Sur. Sin embargo, antes de los incas hubo más de mil año de dominio tiwanakota en el altiplano peruano-boliviano. Durante su apogeo (entre los siglos VI y X) Tiwanaku extendió su influencia sobre parte de los actuales territorios de Bolivia, Perú, Chile y Argentina. Su capital se encontraba estratégicamente cerca del lago Titicaca y sus ruinas permanecen como la máxima expresión de esta cultura que sentó las bases del dominio incaico.
CARAL
Dónde: Perú
Hace más de cinco milenios, y mil quinientos años antes del surgimiento de los Olmecas, emergió en el territorio peruano una de las culturas más antiguas del mundo y la primera que se conoce en el continente americano: Caral. La zona arqueológica mide alrededor de 626 hectáreas y se localiza en el valle del Supe (a 175 km al norte de Lima). Además de encontrarse muy bien conservada, la poco conocida ciudad sagrada de Caral permanece como la primera gran urbe de todo el continente americano.
LALIBELA
Dónde: Etiopía
Si bien el Cristianismo fue sinónimo de Europa durante largos siglos, hubo un sitio en el continente africano que compartió la misma fe, aún y cuando se encontrara rodeado del mundo musulmán: Etiopía. Cuando durante en el siglo XII, Jerulamen cayó bajo dominio árabe, el rey Lalibela mandó a construir una nueva ciudad santa, y para la cumplir con la tarea, se excavaron trece iglesias directamente en la roca en una región montañosa.
Réplicas de la tumba de Cristo, la de Adán, y la cuna de la natividad también fueron talladas. Todas tienen la característica de ser monolíticas, pues todos sus elementos fueron esculpidos en la piedra natural. Aún y tras la caída del imperio Aksum, las iglesias de Lalibela se mantuvieron como un centro de devoción y peregrinaje para los cristianos de África.
CUEVAS DE ELLORA
Dónde: India
A seis horas en coche de Mumbai, se encuentra un complejo de 34 magníficos templos: 17 hinduistas, 12 budistas, y 5 jainistas. Todos se encuentran tallados directamente en la roca y son unos de los mayores y mejores ejemplos del arte indio durante la Edad Media. Los templos y monasterios fueron excavados de manera continua entre los siglos VII y XI y expresan la gran tolerancia religiosa que existió en este territorio en esa época. Aunque nunca dejaron de ser visitados por los seguidores de estas religiones, las legendarias cuevas de Ellora fueron “descubiertas” por Occidente hasta el siglo XIX.