Arte

Sobre el día en que los cuadros dorados de Klimt cobraron vida

La fotógrafa austriaca Inge Prader recreó las composiciones de Klimt con modelos, escenarios y objetos brillantes.

POR: Paola Gerez Levy

Es difícil definir cuáles han sido los mayores exponentes del arte en la historia contemporánea, pero podríamos empezar por mencionar a Gustav Klimt. Este pintor austriaco fascina a cualquier espectador con sus retratos de gran formato, fondos con formas orgánicas, y, sobre todo, mucho oro. Para que esta magnificencia no se quedara únicamente en los cuadros de Klimt, la fotógrafa Inge Prader recreó, a través de su lente, algunas de sus obras más emblemáticas con modelos humanos.

El resultado fue una serie fotográfica que se exhibió en el marco de la 23º celebración del Life Ballun evento de caridad en pro de la concientización del VIH/SIDA. En aquella edición, realizada en 2015, el tema central fue el oro y el movimiento de Secesión de Viena; una corriente artística y arquitectónica surgida a partir del discurso crítico a la cultura, sociedad y arte de 19 artistas vieneses (entre ellos Klimt) a finales del siglo XIX, y que eventualmente derivó en el modernismo. Dicho eso, ¿hay una mejor forma de representar dicho concepto que mediante los cuadros de Klimt?

Muerte y Vida.

Foto: © Inge Prader

Las obras que recreó Prader tienen en común que se pintaron durante la fase dorada de Klimt. Entre 1899 y 1910, el artista se inclinó hacia un estilo influido por el art nouveau o el simbolismo y empleó grandes cantidades de hoja de oro en sus lienzos. El beso (1908) es posiblemente el ícono mundial de esta etapa de su carrera artística. Ciertos conocedores dicen que su gusto por el brillo y el dorado proviene de una visita a Rávena, Italia, donde se conservan sitios tapizados de mosaicos bizantinos.

Entre las obras que incluye la fotógrafa austriaca en su portafolio están Muerte y vida (1916), Friso de Beethoven (1902), Dánae (1907) o La Música (1895). Para lograr captar la esencia de los personajes en los lienzos, Prader trabajó con modelos desnudos y un gran equipo de diseñadores, quienes crearon prendas, accesorios y escenarios, y trajeron a la vida los panoramas que Klimt imaginó hace 100 años.

Dánae.

Foto: @ Inge Prader

Die Musik.

Foto: @ Inge Prader

Dónde encontrar los cuadros de Klimt en Viena

El museo insignia para ver a Klimt en la capital de Austria es el Belvedere, cuyas dos galerías se ubican en los jardines del mismo nombre al sur de la ciudad. Aquí se pueden admirar El Beso Judith, aunque en su colección albergan más de una docena de pinturas del modernista. Por otro lado, el Leopold Museum, que se localiza en Museumsquartier (la isla de museos) en el centro vienés resguarda Muerte y vida.

Museo Belvedere.

Fuera de los grandes museos, es una buena idea entrar en rincones menos concurridos. Tal es el caso de la galería Würthle, una calle peatonal y comercial, en el centro de Viena. Aquí uno puede encontrarse con obras de modernismo austriaco, entre ellas Dánae de Klimt. A 10 minutos a pie de ahí se elevan el Edificio de la Secesión, construido en 1897 por Josef Maria Olbrich a modo de manifiesto de dicho movimiento. En una de las paredes de su interior se exhibe, de forma permanente, el enorme Friso de Beethoven, que mide 2.15 metros de alto por 34 de ancho.

Friso de Beethoven.

Foto: @ Inge Prader

Belvedere: Prinz Eugen-Straße 27, Viena. Sitio web.
Leopold Museum: Museumsplatz 1, Viena. Sitio web.
Würthle Galerie: 1, Weihburggasse 9, Viena.
Edificio de la Secesión: Friedrichstraße 12, Viena. Sitio web.

¿Te gustó esta nota? Suscríbete a nuestro newsletter aquí para tener acceso a todo el contenido de Travesías.

***
También te recomendamos:
Del gran Museo de Egipto hasta lo mejor de Munch, estos son los nuevos espacios del 2020
Imaginen dormir en la encantadora Casa Azul de Monet
El Dolores Olmedo cumple 25 años y reúne a Diego y Frida

 
Array
  • Compartir

Especiales del mundo

Las Vegas Stylemap

Una guía para conocedores