La impresionante exposición de Klimt (con música y olores) en la que cada pieza está viva

¿Cuál era la música y los aromas que rodeaba el ambiente cuando Klimt creaba sus obras maestras?

03 Oct 2019

Alguna vez, Gustav Klimt dijo que “cuando pinto, uno de mis mayores sentimientos de placer es la conciencia de que estoy creando oro”. No estaba equivocado, pues a más de un siglo de su muerte (1918) sus cuadros capturan los destellos de una época. Son pequeños universos en sí mismos que se han vuelto icónicos y para la fortuna de todos están exhibidos en los recintos culturales más icónicos del mundo –como en Belvedere en su natal Viena–. Por si lo anterior fuera poco, próximamente algunas piezas de su autorías protagonizarán una asombrosa exposición digital gestada con tecnología de punta

Se trata de El oro de Klimt, una muestra que se podrá contemplar del 10 de octubre al 15 de diciembre en el Pabellón de la Navegación de Sevilla. En esta singular puesta las pinturas no colgarán de los muros, como lo hacen en los museos convencionales, sino que estarán proyectadas sobre el piso y en alrededor de 20 enormes paredes que estarán acompañadas de la música e incluso de los aromas que formaban parte del mundo del artista.

Caminar entre las obras de Klimt

Esta muestra inmersiva busca remarcar el papel fundamental que jugó el austriaco para resignificar a las vanguardias europeas a finales del siglo XIX y principios del XX. Desde la trinchera del modernismo (corriente que compartió con Henri Toulouse Lautrec o Alfons Mucha) Klimt dejó obras maestras como El árbol de la vida El beso, ambas son representantes de la historia y son parte de la exposición.

Asimismo, en el Oro de Klimt, los visitantes podrán hacer un recorrido visual por los momentos creativos de la vida de Gustave. La muestra está dividida en nueve secciones en las que hay retratos, paisajes y una fascinante colección de sus musas. Hay que destacar que las mujeres fueron una gran fuente de inspiración para él, y lo llevaron a pintar cuadros de gran formato como el Retrato de Adele de Bloch- Bahuer, Judith I Serpientes de agua I, también en exhibición.

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El beso, 1907-1908. Foto: Nomad Art.

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Serpientes de agua I, 1904. Foto: Nomad Art.

Para complementar el viaje a Sevilla

En la misma ciudad, pero del otro lado del Río Guadalquivir, uno puede conocer otros matices (desde su pasado moro hasta su esencia contemporánea) de la capital andaluza. Una parada obligada para los amantes de la historia es el Alcázar: una construcción que en el siglo X fue una fortaleza y que con el tiempo se convirtió en un aristocrático palacete árabe retacado de arte mudéjar.

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La esencia del Alcázar junta los estilos de arte ibérico e islámico. Foto: Aksjai Nanavati

Dando un salto en el tiempo –o una caminata de unos 15 minutos– uno llega a Las Setas, la estructura contemporánea de madera más grande del mundo. Aunque en 2011 el alemán Jürgen Mayer la bautizó oficialmente como Metropol Parasol, su forma orgánica, similar a la de un grupo de hongos, se ha convertido en un ícono arquitectónico de la ciudad en el que hay numerosos bares de tapas, cafés y restaurantes.

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La base de la estructura es aprovechada por practicantes de skate.

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Foto de portada: Nomad Art

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