Al viajar nos enfrentamos a lo desconocido. Desde la comida y las calles hasta la naturaleza y el idioma nos parecen ajenos y aunque podemos prepararnos lo mejor posible siempre tendremos que aceptar que una parte fundamental de todas las exploraciones es la sorpresa. Y es que al sumergirnos en una nueva cultura, todo puede pasar e incluso capturar las imágenes de un sitio puede convertirse en una actividad desafiante.
Las fotografías son fundamentales a la hora de viajar y aunque siempre es más fácil llevarse en la cámara los paisajes o la arquitectura, hay quienes gustan de tomar una foto a los rostros o formar de vivir de los habitantes del sitio. No obstante, a la hora de retratar a desconocidos hay que tomar ciertas medidas para que terminemos con postales memorables pero, sobre todo, sin haber molestado, intimidado o incomodado a nadie. Por esta razón traemos estos cuatro consejos que ayudarán a documentar una cultura local de forma respetuosa.
Investigar el destino
Para obtener una imagen perfecta lo primero es conocer el objeto a fotografiar y si se trata de un destino en particular y sus habitantes aún más. A la hora de llegar lo mejor es investigar cuáles son sus tradiciones, días festivos y lugares emblemáticos. Esto nos ayudará a crear un plan que nos permita capturar aquello que realmente deseamos y no perdernos de algún evento especial.
Guardar la cámara
Una de las primeras cosas que se debe hacer al llegar a un nuevo país, por muy contradictorio que parezca, es bajar la cámara y no usarla en un principio; olvidarnos de obtener la imagen perfecta y disfrutar del viaje. Esto nos da tiempo para absorber la atmósfera, de tomarnos un instante para contemplar el todo y concentrarnos en aquellos detalles que más nos impresionan y que valen más la pena capturar.
Conecta con la Cultura local
Muchas veces una buena fotografía depende de la interacción entre el fotógrafo y las personas. Además, la gente tiende a sentirse más cómoda e incluso soltarse frente a la cámara cuando conocen mejor a quien presiona el obturador. Para conectar con los locales, lo primero es aprender sobre su cultura, así como algunas frases básicas en el idioma local y acerca de sus tabúes y sus creencias sobre las fotografías, ya que hay lugares y momentos en que esto puede resultar irrespetuoso.
Pedir permiso
Aunque puede resultar intimidante acercarse a las personas, en especial si no hablan el mismo idioma, lo mejor es siempre pedir su consentimiento para retratarlos. Esta consulta se hace por respeto, pero también porque el resultado en la cámara suele ser mejor ya que así nos podemos acercar más a la gente e interactuar con ella. A la hora de preguntar, el cómo y el cuándo es muy importante, también mantener el contacto visual, sonreír e incluso aceptar cuando la respuesta sea negativa.
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