Alejandro González Iñárritu es actualmente uno de los cineastas más reconocidos de todo el mundo. Sus películas han ganado diversos premios, entre los cuales destacan cinco Oscar. Dos de ellos a Mejor Director por los filmes Birdman y El Renacido que salieron con una de diferencia de un año, por lo que se convirtió en el primer creador en ganar el reconocimiento dos veces consecutivas en los últimos sesenta años.
En 2007 fue miembro del jurado de la edición 64 del Festival Internacional de Cine en Venecia y recibió en 2017 un Oscar especial por Carne y arena; una instalación de realidad virtual que cuenta la lucha que sufren los migrantes al cruzar la frontera norte de México. Además en 2019 se convirtió en el primer mexicano en presidir el Jurado del Festival Internacional de Cine de Cannes.
La clase magistral de Iñárritu en la Ciudad de México
Es gracias a esta extraordinaria carrera en el mundo del cine que la UNAM decidió otorgarle, junto a otros 10 personajes destacados en diferentes ámbitos, el grado de Doctor honoris. Y en agradecimiento a esto, el aclamado director dará una clase magistral en la Escuela Nacional de Artes Cinematográficas de la máxima casa de estudios.
Este evento tendrá lugar el próximo miércoles 25 de septiembre a las 10:30 horas y será moderado por la crítica de cine Fernanda Solórzano. Aunque el acontecimiento será exclusivo para los alumnos, la universidad ofrecerá un streaming en vivo en este link.
¡No te pierdas mañana la transmisión #EnVivo de la Clase Magistral con Alejandro González Iñárritu, dirigida al alumnado de la ENAC!
Moderada por @f_solorzano
Miércoles 25 de septiembre, a partir de las 10:30 h.#Streaming🎬✨👉🏽https://t.co/yj43oMm5de pic.twitter.com/fhF8RX5qzv
— Escuela Nacional de Artes Cinematográficas UNAM (@enacunam) September 24, 2019
Alejandro González Iñárritu es conocido por ser locutor, compositor, director, guionista y productor cinematográfico. Sin embargo un lado poco menos famoso de él es que es un viajero empedernido que de los 17 a los 19 años salió de México para recorrer el mundo a bordo de un barco carguero donde trabajaba.
Esta pasión se ve reflejada en cada una de sus películas. En honor a eso, escogimos estas cuatro cintas con las que el director mexicano nos lleva a explorar el mundo desde sus ojos.
Amores perros
Este largometraje se desarrolla en la Ciudad de México. Para muchos expertos el guion fue pionero debido a que en él, tres historias se encuentran unidas por el clímax del argumento. Se trata de la obra prima del director, con el que ganó 11 premios Ariel (entre los que destacan Mejor Película, Mejor Director y Mejor Actor) el premio de la Crítica en el Festival de Cannes y fue nominada al Oscar a Mejor Película en Lengua Extranjera y al Globo de Oro por Mejor Película en Lengua Extranjera.
Babel
La película empieza en el desierto de Marruecos, donde dos niños salen a cuidar de su rebaño de ovejas con un rifle, deciden probarlo y terminan por dispararle a una mujer americana. Este accidente afecta vidas de personas totalmente inesperadas , tales como una rebelde japonés, una pareja de turistas estadounidenses y una niñera mexicana que decide cruzar la frontera con dos niños americanos. Esta pieza fue galardonada con el Oscar a la Mejor Banda Sonora y el Globo de Oro a la Mejor Película en la categoría de drama.
Birdman
En esta ocasión el director mexicano nos llevó a las entrañas de la ciudad de Nueva York para retratarnos la atormentada vida de un actor en decadencia. Como un homenaje al humor negro del escritor Raymond Carver, esta historia demostró para muchos críticos su madurez artística. Quizá por eso la cinta logró cuatro premios Oscar, dos Globos de Oro, un BAFTA, entre otros.
El Renacido
Con esta obra, el director ganó un Oscar a Mejor Director por segundo año consecutivo. Este largometraje, de pocos diálogos, muestra la lucha por la supervivencia y el deseo de venganza del explorador Hugh Glass. A pesar de su sólido argumento y la gran actuación que ofrece Leonardo Di Caprio, una de las cosas más sorprendentes de esta pieza es la forma en la que el gran Lubezki capturó con su cámara los desolados paisajes que hay al norte de Estados Unidos, Canadá e incluso Argentina. La grabación de esta cinta fue todo un reto ya que contaban con pocas horas de luz al día y temperaturas muy bajas.
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