Peluches como comensales, sombreros estrafalarios y cápsulas: bienvenidos a los restaurantes en 2020
Meseros robots y clientes de peluche como parte de la nueva normalidad gastronómica alrededor del mundo.
POR: Mariana Castro
Después de semanas de quedarse en casa, miles de personas alrededor del mundo comienzan a retomar el ritmo de vida. Sin embargo, el regreso ha tenido que ser responsable y con ciertas restricciones para respetar el distanciamiento social. La famosa frase de “adaptarse o morir” se ha convertido en una realidad para muchísimas industrias durante el COVID-19, entre ellas la de los restaurantes.
En varios países, los establecimientos gastronómicos no han tardado mucho en afrontar la nueva normalidad con algunos ajustes. Noma, por ejemplo, cambió su menú degustación de temporada por un bar de hamburguesas y vinos en el jardín, mientras que Mediamatic Eten, en Amsterdam, se hizo viral al implementar una serie de invernaderos/cápsulas de vidrio para mantener la sana distancia entre sus clientes.
Pero estas no son las únicas iniciativas; a propósito de la sana distancia, una multitud de restaurantes han buscado maneras creativas de separar a sus comensales. Y porque en estos días es importante mantener el ánimo y tener una buen dosis de humor, recopilamos algunas de las propuestas —más ingeniosas que prácticas— que se han hecho en diversos países.
Maniquíes en Estados Unidos
The Inn at Little Washington, un restaurante con estrella Michelin en Virginia, reabrió el pasado 29 de mayo. Para que el espacio no se sintiera tan vacío (ya que no pueden operar en su capacidad máxima), el chef Patrick O’Connell se asoció con una compañía de teatro local para llenar las mesas vacías con maniquíes disfrazados. Eso sí, con ropa vintage para no desentonar con la decoración.
Robots meseros en Países Bajos
Dadawan, un restaurante asiático en Maastricht, tiene tres nuevos empleados: Amy, Aker y James. Un trío de simpáticos robots que reciben a los clientes, les toman la temperatura, los acompañan a sus mesas y hasta les sirven un trago de cortesía.
Clientes de peluche en Japón y Tailandia
En una fórmula similar a la de los maniquíes (pero cambiando el factor creepy por animalitos tiernos), el zoológico Izu Shaboten, en Itō, llenó su restaurante de clientes de peluche para mantener la distancia obligada entre las mesas ocupadas por los visitantes. Como era de esperarse, ha sido un éxito con los niños.
Algo similar ocurre en Maison Saigon, en Bangkok, donde un grupo de pandas de peluche indican qué mesas pueden ocuparse por los clientes, tanto en su espacio interior como en la terraza.
Sombreros-distancia en Alemania
Alemania es uno de los países que mejor se ha adaptado a las nuevas normas. Además del equipo de futbol que imprimió fotos de sus aficionados para llenar el estadio, un café en Schwerin repartió unos divertidos sombreros (con flotadores de alberca) a sus clientes para mantener la distancia durante la comida.
Mesa para uno en Suecia
Mientras realizaban una comida familiar en el jardín, Rasmus Persson y Linda Karlsson tuvieron una idea: abrir un restaurante que respetara, en su manera más literal, el distanciamiento social. Así nació Bord för En —que en sueco significa mesa para uno —, una experiencia gastronómica en medio del campo en Värmland, Suecia. En este lugar solo hay una mesa, una silla y una canasta que llega con el menú del día, que incluye platillos con ingredientes locales y cocteles creados por uno de los mejores mixólogos del país.
Cómo pinta el futuro
Más allá de estas medidas temporales, es claro que la industria de los restaurantes y bares —que en los últimos meses ha dependido de las plataformas digitales y los envíos a domicilio—deberá pasar por una transformación radical para adaptarse a la nueva normalidad. El regreso de Noma apunta a una de las tendencias más fuertes para el futuro inmediato: comer al aire libre. Definitivamente, los restaurantes con terraza o jardín tienen una gran ventaja, sobre todo si consideramos que el verano está a punto de llegar.
En otros restaurantes, la apuesta parece ser mucho más radical. Proyectos como Brooklyn Dumpling Shop evocan más a Black Mirror que a lo que realmente sucederá con la sana distancia. Este local de abrirá en el East Village de Nueva York en julio con un menú que incluye los clásicos soup dumplings pero con sabores mucho más raros, como crema de cacahuate y mermelada, hamburguesa, pollo parmesano y pastrami.
Los clientes entrarán de dos en dos, pasarán por un detector de metal que tomará su temperatura y ordenarán en un kiosko sin necesidad de tocar la pantalla. Los dumplings se entregarán en unos lockers/máquinas dispensadoras que funcionan con un sistema automático. Estos se iluminarán de color rojo al recibir la orden, amarillo cuando falten dos minutos y verde cuando esté lista. Los comensales escanearán con su teléfono para abrir el locker y listo. Dumplings para llevar las 24 horas del día.
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Foto de portada: Linda Karlsson.
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