Ubicado en el corazón del exclusivo barrio londinense St James’s y a tan sólo unos minutos del emblemático West End, el hotel Stafford resalta como uno de los alojamientos más exclusivos y en donde se mantiene, hasta en el más mínimo detalle, la gran –y característica– hospitalidad británica. Y cómo no, si desde 1912 ha estado construyendo su reputación como uno de los mejores de Londres.

Cada una de sus 105 habitaciones presume un decorado único, su restaurante es de cocina británica (de esa que reconforta) y su concierge promete conseguir lo imposible: desde boletos para un evento que ya esté sold-out hasta un tour privado por alguno de los museos de Londres: sólo hay que pedirlo. Por otro lado, el American Bar es una institución que presume paredes decoradas de grandes recuerdos para el hotel y sus huéspedes.

Cabe destacar que Stafford se encuentra a  cinco minutos a pie de la estación de metro Green Park. Ahí abundan las tiendas especializadas que venden vinos y cigarros; es como transportarse al Londres de hace 50 años.

Una habitación

Aunque resulte un poco complicado decidir entre una habitación y otra (todas son acogedoras, discretas y de buen gusto), recomendamos la Carriage House Junior Suite por sus espacios iluminados y muy bien distribuidos. Solo una advertencia: después de probar ese colchón querrán cambiar el de su casa.

Personaje clave

El concierge, siempre atento y dispuesto a mejorar la estancia de los huéspedes. Desde facilitar alguna dirección o amenidad, hasta conseguir pases para un evento de último momento. en general, el personal es sumamente agradable y se percibe la sensación de que todos están orgullosos de trabajar aquí.

Algo imperdible

Hacer un recorrido por la bodega de 380 años que alberga 8,000 botellas de vino. ¿Por qué no se lo pueden perder? Por su valor histórico:  durante la Segunda Guerra Mundial se utilizó como refugio antiaéreo.

Detalle

Tomar un trago en el American Bar e imaginar las historias que hay detrás de los tantos objetos que cuelgan del techo: “recuerdos” que fueron depositados a propósito por visitantes estadounidenses desde la década de 1930.

El restaurante

Game Bird es el corazón de Stafford. Además de la comida, siempre deliciosa y amena, en este salón se puede sentir el verdadero ambiente británico, un tanto por el terciopelo, las sillas tapizadas y las mesas de mármol, así como por la barra de bebidas con un aire art déco que presume ser lujoso y relajado a la vez. El té de la tarde se sirve todos los días de 12pm a 7pm.

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