Pareciera que se está rompiendo una regla de oro, pero no, el champagne Moët Ice Imperial se creó para tomarse con hielos, y en verano es una delicia para acompañar platillos ligeros en una terraza, en la playa, en un jardín o en una alberca. Cualquier pretexto es válido cuando se trata de disfrutar champagne durante esta temporada.
Champagne para el verano
Esta versión nació en 2011 y se ha convertido en una de las consentidas de los viajeros de playas en México. Benoît Gouez, el chef de cave, la creó especialmente para que no se diluyera con el hielo, y para que pudiera tomarse fría aunque se esté en pleno rayo del sol. Su mezcla de uvas —Pinot Noir, Meunier y Chardonnay— hacen que sea el primer champagne pensado para disfrutarse con hielo.
Esta manera de tomar champagne no es algo nuevo. Todo comenzó en los años sesenta, en las playas de St. Tropez, cuando la famosísima Brigitte Bardot decidió tomarla así, con hielos. Al mismo tiempo, en México se vivía el esplendor de Acapulco y también se convirtió en una moda para el el jet set.
Con hielo en dos versiones
Hay dos versiones de Moët Ice Imperial: la tradicional y la rosé. Las dos maridan perfectamente con platillos ligeros y frescos, como un pulpo a las brasas o un ceviche de pescado. Se recomienda tomarla con dos hielos grandes y compartir entre amigos, porque siempre hay razones para celebrar. Muy pronto, Moët & Chandon presentará una edición especial por los cincuenta años de Cancún. Hay que estar atentos porque será un artículo de colección que celebra a una de las playas mas famosas de nuestro país.
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Fotos: cortesía Moët & Chandon.
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