¿Qué hay de nuevo, Ferran Adrià?
El chef catalán nos comparte sus planes futuros
POR: Diego Parás
Ocho años después de haber cerrado el restaurante que revolucionó al mundo de la gastronomía con la cocina molecular, la mente del chef catalán Ferran Adrià se encuentra lejos de los fogones. “Para qué quiero un restaurante nuevo si ya he tenido elBulli”, responde entre risas al preguntarle si entre sus planes hay alguna una nueva propuesta.
Al cerrar elBulli, Ferran y su socio decidieron enfocar toda su atención a elBullifoundation, que al ser una fundación privada “nos permite hacer lo que nos dé la gana, cuando nos dé la gana como nos dé la gana”, dice Adrià. La fundación tiene tres misiones: la primera, guardar el legado de elBulli tanto físico como intelectual; “elBulli ha cambiado el paradigma de la gastronomía bla, bla, bla, esto está muy bien, pero de nada sirve si a la gente se le olvida”. Con esto en mente nació Bulligrafía, un espacio físico y en línea (con más de 110 000 elementos digitalizados) que dentro de cinco años contará con una recopilación de todos los logros del restaurante a nivel de innovación.
La Bulligrafía, dice Adriá, será de suma importancia para las escuelas de gastronomía, y aquí entra la segunda misión: compartir el aprendizaje obtenido. Durante su formación, el chef se dio cuenta de que no existían buenos libros de gastronomía, situación que desea cambiar con la Bullipedia, que contará con 35 libros académicos de 700 páginas. Para finales de este año, se van a poder comprar 12 de estos ejemplares en la Bullistore, y el siguiente paso del proyecto se enfocará en digitalizarlos —en conjunto con Movistar— para que estén disponibles en la mayor cantidad de idiomas posible.
La mente de Ferran Adrià, el chef que revolucionó la gastronomía con la cocina molecular en elBulli, se encuentra lejos de los fogones.
La tercera misión de elBullifoundation es compartir su forma de entender la innovación. Por eso, Ferran ideó Bulli 1846, “un espacio para que la gente tenga tiempo para pensar. Aquí vendrán equipos de diferentes disciplinas que piensen sobre lo que nos rodea, podría ser la iluminación, no sólo de cocina”. Una especie de retiro para las mentes creativas que abrirá sus puertas intermitentemente para que los viajeros lo puedan conocer. A finales de este año, el espacio (ubicado a un lado de lo que solía ser el restaurante, en Cala Montjoi) recibirá a su primera generación de pensadores.
“No trabajo porque no cobro, pero estoy 16 horas al día dedicándome a esto; lo único que intento decirme en la mañana es ‘no soy un cabrón y soy feliz’. Siempre buscando challenge, buscando retos.”
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Foto de portada: Francesc Guillamet.
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