Guadalajara podría considerarse como una de las ciudades culturales más importantes del país. Una prueba de ello es la arquitectura de la urbe. De hecho, aquí se pueden encontrar desde un templo neogótico, una catedral ecléctica hasta un antiguo albergue del siglo XIX que resguarda una de las colecciones de arte más extensas del muralista José Clemente Orozco.
El inmueble entró a la lista de Patrimonios Culturales de la Humanidad de la UNESCO en 1997. Foto: AFAR.
Un hospicio con mucho estilo
Hablamos del Hospicio Cabañas, una construcción de estilo neoclásico ubicada en el centro de la ciudad a solo 20 minutos de la catedral. Se trata de un antiguo asilo para niños huérfanos, ancianos y personas desamparadas que ideó el obispo tapatío Juan Cruz Ruiz de Cabañas. Este espacio se construyó en 1810 y fue obra del arquitecto español Manuel Tolsá, responsable también de edificar el Palacio de Minería en la Ciudad de México.
En el interior del inmueble hay 106 habitaciones, 78 pasillos, dos capillas y 23 patios interiores perfectamente alineados. Esto se debe a que Tolsá dispuso de los espacios de forma simétrica, de tal modo que el ala izquierda y derecha lucen iguales.
La simetría es uno de los elementos más reconocidos del Hospicio Cabañas. Foto: reddit.
Murales por todos lados
Otro elemento que diferencia a este espacio es la gran cantidad de murales del jalisciense José Clemente Orozco (1883-1949). Sus trazos fuertes –y a menudo violentos– se pueden apreciar sobre 1.250 metros cuadrados de superficie. Los 57 frescos que el artista pintó en el antiguo hospicio ocupan 14 tableros, ocho bóvedas y la cúpula principal. En esta última destaca la obra El hombre de fuego, realizada entre 1938 y 1939, en la que los visitantes pueden ver cierto movimiento según el lugar en el que estén parados.
A menudo los murales de Orozco tratan temas complejos, entre los que destacan las luchas sociales, la identidad mexicana, el legado de las culturas prehispánicas y la condición del ser humano. Así, otras de las piezas que uno puede apreciar en el sitio son La humanidad, La conquista y El hombre en su afán de superación.
Por otro lado, además de estas pinturas que viven en los muros, el Hospicio Cabañas resguarda 340 obras del artista, las cuales se exhiben continuamente de forma rotativa.
“El hombre de fuego” fue realizado por el muralista entre 1938 y 1939.
Además del antiguo hospicio, Orozco pintó murales en la Ciudad de México, Nueva York, California y New Hampshire.
El hospicio como Centro Cultural
El Centro Cultural Cabañas se inauguró en 1980 como uno de los recintos artísticos más emblemáticos de Guadalajara. Desde ese entonces, en sus 18 salas temporales se han montado múltiples exposiciones de artistas de talla internacional como Diego Rivera, Siqueiros, María Izquierdo, Juan Soriano, Yoko Ono, o Marcel Duchamp, por sólo mencionar algunos.
En cuanto a la obra permanente, se puede admirar el Museo del Sitio. Este acervo cuenta con una amplia variedad de obras de Mathias Goeritz –co-creador de las Torres de Satélite– así como la colección Pueblo de Jalisco, la cual incluye piezas tanto de escultura como de pintura elaboradas por artistas locales.
Orozco fue el primer pintor en ser sepultado en la Rotonda de las Personas Ilustres del Panteón Civil de Dolores.
Una parte del recinto se destinó a la Escuela de Artes de la ciudad, mientras que en otra área uno puede entrar a la sala de cine Guillermo del Toro, la cual funge como la Cineteca Nacional Jalisco (la segunda sede descentralizada de la Cineteca Nacional).
Dirección: Cabañas 8, esquina con Plaza Tapatía, Guadalajara, Jal.
Acceso: de martes a domingo de 10 a 18 horas.
Precio de entrada: $70 adulto general, $45 adulto nacional con credencial, $35 maestros y estudiantes, $20 maestros y estudiantes nacionales con credencial, adulto mayor y niños de 6 a 12 años. Martes entrada libre general.
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