La ciudad de Nueva york siempre cambia, brilla, absorbe y asombra. No importa las veces que vayas y la recorras, ésta nunca será igual porque se sabe transformar.
Tal vez lo que maravilla tanto a habitantes como a viajeros es la capacidad que tiene de renovarse constantemente. Nueva York a pesar de ser cosmopolita y bulliciosa también guarda antiguos secretos, bellísimas calles y rincones donde aquellos enormes rascacielos y el ritmo incesante quedan en segundo plano.
Calles de la ciudad
En el barrio de Washington Heights, en el norte de Manhattan, se encuentra Sylvan Terrance, una de las calles más bonitas y con un sabor único. El suelo adoquinado y las casitas de madera construidas en 1882 con el mismo diseño transportan a otra época. Esta misma calle conduce a otra pequeña calle también llena de historia: Jumel Terrance, aquí se encuentra la mansión Morris-Jumel, que fue construida en 1765 como casa de verano de la familia del coronel Roger Morris.
El barrio Greenwich Village guarda otra de las calles con una esencia sinigual: Washington Mews. Aunque está muy cerca del ir y venir citadino, esta callecita pasa desapercibida. Aquí se encuentran unas casitas, llamadas mews, que antes eran caballerizas de las mansiones vecinas. Actualmente, forma parte de la Universidad de Nueva York, pero por las mañanas está abierta, así que puedes pasear por aquí sin ningún problema y disfrutar de su encanto.
También Greenwich Village se encuentra Commerce Street, una calle donde no verás muchos turistas… su encanto radica en las casas construidas en 1850, de hecho, es una de las cuatro calles con forma de L que hay en Manhattan. Aunque da la impresión de que no tiene salida, ésta está conectada con Barrow Street. Es uno de esos rincones que se deben visitar.
Para calles pintorescas, no hay que dejar pasar de largo Doyers Street. Ésta se encuentra en Chinatown. Aunque en alguna época era considerada peligrosa, hoy este rincón goza de bares, restaurantes, como el Nom Wah Tea Parlor, y centro nocturnos. Quizá no es la menos frecuentada, pero sí con mucha personalidad.
Stone Street, en el Distrito Financiero, es una de las calles más antiguas de la ciudad. Debido a su ubicación la hace también muy especial. Durante el invierno posiblemente no verás mucha acción, pero tan sólo sube la temperatura, los adoquines se convierten en acogedoras terrazas al aire libre donde tomar una cerveza y disfrutar de la tarde.
***
También te recomendamos
La escena artística de Nueva York de la mano de Patrick Charpenel
Álvaro Enrigue: la mirada del escritor a las librerías en Nueva York
Así será el nuevo MoMa de Nueva York
Hudson Yards: El nuevo barrio elevado de Nueva York
