Casona Sforza: el hotel boutique diseñado por Alberto Kalach en Puerto Escondido

Un refugio para alejarse de todo

Si hay alguien que conoce perfectamente el paisaje de Puerto Escondido, ese es el arquitecto Alberto Kalach, y proyectos como Punta Pájaros y el hotel Escondido son prueba de ello. Casona Sforza —ideado en colaboración con el emprendedor Ezequiel Ayarza Sforza— abrió sus puertas en diciembre de 2020 y se perfila como el nuevo hotspot no sólo para los entusiastas de la arquitectura, sino para todos aquellos en búsqueda de un cachito de paraíso que se siente alejado de todo (pero muy cerca del mar).

Disfrute total en el Pacífico

Casona Sforza destaca por sus trazos limpios y formas abovedadas, que se integran armónicamente con el paisaje. El hotel es chiquito, la atención casi personalizada y la privacidad, garantizada. Además, este lugar es un recordatorio de que menos es más, y que el verdadero lujo está en disfrutar los placeres sencillos de un destino como Puerto Escondido, como despertar con el sonido de las olas o tomar un buen mezcal con un grupo de amigos.

Sin embargo, para todos aquellos que siempre tienen la energía a tope (incluso en plena vacación), Casona Sforza ofrece actividades como sesiones privadas de yoga, masajes holísticos, clases de surf (si uno ya está en Puerto Escondido, al menos hay que intentarlo), caminatas, liberación de tortugas y excursiones para el avistamiento de delfines y ballenas.

Entre el diseño y la sostenibilidad

El hotel únicamente cuenta con 11 suites —divididas en tres categorías: Junior, Senior y Master—, cuatro de ellas con una pequeña alberca privada y todas con vista hacia el mar. Con una estética bohemia, pero minimalista, las habitaciones son amplias y muy acogedoras, perfectas para entregarse a la siesta cuando el calor está en su máximo punto o bien, para disfrutar del atardecer desde la comodidad de la hamaca.

Por su parte, la propuesta culinaria se basa en el principio farm to table, y utiliza ingredientes que provienen de productores locales que respetan los ciclos de cosecha estacionales. De hecho, Casona Sforza colabora con distintos agricultores y apicultores (además de ebanistas, ceramistas y alfareros) de Pueblo del Sol, un proyecto de producción sostenible que está íntimamente ligado a las raíces del hotel.

En cuanto al diseño, tanto las 11 suites como las áreas comunes comparten un esquema de colores neutros y texturas naturales, mientras que el toque de color lo dan distintas piezas artesanales —como tapetes de Teotitlán del Valle, hamacas de Yucatán y lámparas de palma de Veracruz— y la fotogénica alberca, que de solo mirarla invita a darse un chapuzón, ponerle pausa a los pendientes y saberse rodeado por pura playa, árboles y mangles.