Un corredor de 11 kilómetros para que salvemos a las abejas

Una iniciativa que busca proteger al ser vivo más importante del planeta.

25 Jun 2019
Un corredor de 11 kilómetros para que salvemos a las abejas

La abeja es el ser vivo más importante del planeta ya que además de producir miel, es la responsable de fertilizar flores, vegetales y grandes cultivos. Si tomamos en cuenta que alrededor de un tercio de la dieta humana depende de plantas polinizadas por estos insectos, resulta casi indignante que este insecto esté amenazado. La población de polinizadores ha decrecido considerablemente desde 1980. Tan sólo en América del Norte un cuarto de esta especie está en peligro de extinción, mientras que en Europa se han perdido alrededor del 37% de ejemplares.

corredor de abejas en Londres

Un corredor de abejas en Londres

Lo anterior se debe a diversas causas, entre ellas la proliferación de neonicotinoides, parásitos y enfermedades, así como del cambio climático. Como respuesta a este problema, el Consejo Municipal Brent, al noroeste de Londres, lanzó una campaña de concientización en la comunidad y comenzó con la siembra de 22 praderas florales en parques y espacios verdes, que en conjunto crean un corredor de alrededor de 11 kilómetros de vegetación silvestre.

El plan es que atraiga a estos polinizadores durante el verano. Para lograr esta tarea, se tuvo un cuidado especial a la hora de seleccionar las plantas que crecerán en el corredor. Se escogieron petirrojos, prímulas y amapolas, todas predilectas de las abejas.

corredor de abejas en Londres

Se trata de uno de los proyectos ecológicos hechos por ciudadanos más grandes de todo el Reino Unido, ya que además de ayudar a las especies Primula Veris, Photinia y Papaver somniferum, también será un espacio que apoye indirectamente a otros insectos tales como libélulas, avispas y  mariposas.

corredor de abejas en Londres

Sigue a Frida en Instagram

***

También te recomendamos

Lugares para visitar a los ajolotes (y ayudar a su conservación)
Algo sobre los cuantiosos (y tiernos) gatos de Marrakech
El lobo gris mexicano (y otras razones para viajar al desierto)

next