Los bellos (y extraños) templos circulares de Jalisco
México está llenos de sitios arqueológicos llenos de misterios.
POR: Frida
Los vestigios arqueológicos en México van mucho más allá que la Pirámide del Sol de Teotihuacán o el templo de Kukulkán en Chichén Itzá. Nuestro país es hogar de sitios sorprendentes y poco conocidos, como el basamento piramidal más grande del mundo y las últimas murallas del imperio mexica.
Los basamentos cónicos de Jalisco
Fue en los valles de Tequila, Jalisco, donde las sociedades de la cultura prehispánica edificaron un estilo arquitectónico muy peculiar: basamentos cónicos escalonados y patios circulares que integran un Juego de Pelota, terrazas y edificios utilizados entonces por los más altos linajes. Los templos circulares tenían una pirámide circular, generalmente de ocho estructuras alrededor. Guachimontones se encuentra a una hora de Guadalajara, a las faldas de un volcán extinto en Tequila.
Su nombre proviene de guachi o guaje en náhuatl y se fusiona con la palabra montón (de origen castellano), por lo que se podría traducir como montón de guajes, ya que ahí abundan este tipo de árbol. Perteneció a la tradición Teuchitlán (350 a.C.- 350 d.C.), la cual dominaba las regiones que ahora pertenecen a Jalisco y Nayarit. Se caracteriza por sus cuatro estructuras rodeadas por plataformas rectangulares que forman una circunferencia, las cuales se les conocen como guachimontón.
Actualmente, el lugar está abierto al público y recibe alrededor de 170 mil visitantes al año. Cabe destacar que, aunque la zona arqueológica fue descubierta en la década de los 70 por el estadounidense Phil Weigand, fue hasta los 90 que se comenzaron los trabajos de restauración en forma, por lo que aún falta mucho por descubrir de esta antigua ciudad.
¿Por qué son circulares?
Se cree que se construyeron en honor al dios del viento, Ehecatl, y servían como centros ceremoniales en los que se realizaba un ritual parecido al de los voladores de Papantla; en el centro del altar había un poste donde los sacerdotes se sujetaban para imitar el vuelo de un ave.
Por otro lado, se cree que la forma de dichas construcciones fue inspirada en los astros y en la orientación del cosmos. Cabe destacar que aún hay mucho que explorar, ya que la única pirámide que ha sido explorada en su totalidad es la segunda más grande pirámide, la cual cuenta con un diámetro de 115 metros. La edificación más grande mide 125 metros de diámetro y tiene 12 plataformas rectangulares.
¿Qué más hacer en Guachimontones?
Guachimontones fue declarado en 2004 como Patrimonio Mundial de la Humanidad. Además de las ruinas de la ciudad, la zona arqueológica cuenta con un museo interpretativo el cual está equipado con un área de investigación, en la que se lleva a cabo la reconstrucción de piezas y basamentos encontrados.
Para adentrarse más en la idiosincracia de esta cultura, se pueden encontrar estructuras circulares, parecidas aunque de menor tamaño en los estados de Zacatecas, Guanajuato, Colima, Nayarit, Michoacán y Sinaloa. Por si todo lo anterior fuera poco, en el recinto también hay un restaurante en el que se puede probar la comida prehispánica típica de la región.
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