Hierve el Agua en Turquía: las cascadas petrificadas de Pamukkale
Este extraño fenómeno solo se conoce en Oaxaca y en Turquía.
POR: Paola Gerez Levy
Las cascada son esos sitios de tierra elevados en donde a los ríos no les queda otra opción más que caer al vacío para seguir su cauce. Estas se encuentran por todos lados, en especial en bosques y junglas. Sin embargo, existe otros tipo de cataratas donde no fluye agua, sino que están petrificadas y completamente quietas.
Parece difícil de pensar, pero solo existen dos sitios en el mundo donde las caídas de agua están suspendidas en el tiempo: unas se encuentran en Hierve el Agua, en el estado de Oaxaca, y las otras en Pamukkale, en la región occidental de Turquía.
Cascadas blancas
Visto desde abajo, Pamukkale se ve como un montículo blanco e imponente de casi 200 metros de altura. Pero el ángulo que impresiona más es admirarlo desde la cima. Este sitio, cuyo nombre significa castillo de algodón, consiste de terrazas llenas llenas de agua. La vista deja sin aliento a cualquiera: el cielo azul se refleja en la superficie quieta de las albercas naturales y contrasta con el blanco del travertino, un tipo de roca caliza.
El origen de una formación tan particular como esta ocurrió durante movimientos tectónicos, pues debajo del suelo hay actividad volcánica. Esto mismo provoca que el agua que emana de los manantiales contenga una alta concentración de carbonato de calcio. Esta composición química se endurece al antrar en contacto con el aire, por lo que cada gota que escurre contribuye a la formación de estalactitas.
Y aunque estas formaciones se han formado desde hace millones de años, no fue hasta el siglo II a. C. que fueron descubiertas por la civilización. Las albercas de Pamukkale eran los baños termales de griegos y luego de romanos. Estos últimos establecieron una pequeña ciudad en la cima del sitio llamada Hierápolis.
Hierápolis: ciudad sagrada
Esta ciudad fue fundada por los reyes de Pérgamo, de la dinastía de los atalidas, sobre este conjunto de tinas naturales. Hace 2.200 años, estas se utilizaban para tomar baños gracias a su alto contenido mineral. Para aprovecharlas mejor se construyeron tres cámaras: una de agua fría, para limpiarse, otra de agua tibia y la última de aguas termales. Este balneario tenía capacidad para hasta 1.000 personas.
Hoy en día, en este sitio arqueológico –protegido por la UNESCO– tiene fuentes, un anfiteatro, un cementerio y las ruinas de los baños. Por motivos de conservación, no se puede acceder a las terrazas de Pamukkale, pero existe la posibilidad de nadar en una serie de albercas más nuevas.
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