Algo tienen las fotografías que las hace especiales, y es el hecho de saber que lo que capturan es la realidad. A diferencia de las artes plásticas, donde la fantasía puede explotarse al máximo, en las fotos no hay lugar para la ficción. Alguien que se tomaba en serio esta declaración fue el fotógrafo y etnólogo Pierre Verger, quien recorrió el mundo retratando la vida de los pueblos nativos y cuyas fotos se exhiben en el Museo Nacional de Antropología.
Después de exhibirse en distintos recintos culturales en Guadalajara, Oaxaca, Monterrey y Veracruz, la muestra Pierre Verger en México. Con los pies en la tierra por fin llegó a la capital. En ella se pueden ver 188 imágenes en blanco y negro –seleccionadas de entre cinco mil negativos– que el fotógrafo francés tomó durante sus tres viajes por México (en 1937, 1939 y 1957).
Foto: Edith Camacho, INAH
Al especializarse en la etnología, Verger se interesa sobre todo en las fiestas rurales, tradiciones religiosas y las caras de la gente del México posrevolucionario. Para complementar el punto de vista sociológico sobre las fotos, el curador Antonio Saborit –quien es además el director del MNA– decidió acompañar las tomas con numerosos objetos del acervo del museo. Por ejemplo, se pueden admirar máscaras mixtecas, purépechas, zapotecas y nahuas, así como el traje mixteco utilizado durante la Danza de la Pluma, el número que cierra los espectáculos de la Guelaguetza.
Juchitán, Oaxaca
La muestra se divide en tres secciones. La primera, La línea general, se centra en fotos de paisajes rurales y tomas panorámicas del campo, mientras que la segunda, Días de guardar, es una colección visual de la vestimenta, memorias, objetos valiosos y tradiciones espirituales de múltiples comunidades en donde el ritmo de la vida social está marcado por el calendario religioso.
De estas festividades destacan los retratos hechos en la Fiesta Patronal de Cuilapan, Guerrero; la Celebración del Señor del Rescate, en Zitácuaro y Tzintzuntzan; o el Carnaval de Huejotzingo, Puebla, por mencionar algunas. Por último, el apartado Recuerdos de la utopía rural muestra el lado urbano de Verger, pues en sus diversas estancias en la Ciudad de México capturó escenas de la ciudad, su arquitectura y sus habitantes.
Foto: Edith Camacho, INAH
Acerca de los viajes de Pierre Verger
El francés encontró su vocación en la fotografía y su verdadera pasión en los viajes. Tras perder a su madre, decidió partir de París –su ciudad natal– hacia donde fuera. Lo que comenzó con pequeñas estancias en Córcega y la Unión Soviética, en los años 30 cobró una dimensión más aventurera y lo llevó a conocer Oceanía, el sureste asiático, el oeste africano y finalmente Latinoamérica.
Verger pasó casi 30 años viajando entre el Golfo de Benin (África Occidental) y Brasil, siempre en busca de nuevas culturas para retratar con su cámara Rolleiflex 120. Sin embargo, en tres de sus escapadas se trasladó a México visitó decenas de ciudades y pueblos, por ejemplo Tepoztlán, Mérida, Juchitán, Pátzcuaro, Iztapalapa, Monterrey, Tampico, y otras 50 localidades a lo largo y ancho de la República.
Autorretrato de Pierre Verger en 1952
Recorre la exposición
Pierre Verger en México. Con los pies en la tierra estará en exhibición hasta el 29 de septiembre en la sala A1 del museo. Se puede visitar en un horario de martes a domingo de 9 a 19 horas. La entrada tiene un costo de $75 pesos.
Dirección: Av. Paseo de la Reforma y Calzada Gandhi s/n Col. Chapultepec, Polanco, CDMX.
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