Todas nuestras decisiones cotidianas afectan al medio ambiente, esto incluye la forma en que viajamos. Acciones tan pequeñas como escoger el destino de nuestras próximas vacaciones, o planear la forma en que decidimos pasar el tiempo en ese lugar. La idea es impactar positivamente en los sitios que visitamos y saber que hacer esto infiere una gran responsabilidad. Requiere, por ejemplo, que tomemos la determinación de solo ir a sitios en los que ningún ser vivo sea lastimado, como los circos. Más cuando vivimos en una época donde podemos asombrarnos de la naturaleza y la vida salvaje sin ponerla en riesgo.
Los espectáculos con animales nacieron cuando Philip Astley salió a hacer acrobacias arriba de un caballo y causó furor, desde entonces los circos con este tipo de atracciones se popularizaron y se le añadieron especies que no deben ser domesticadas, como tigres o elefantes. Un cuarto de siglo después, por fortuna, esto empieza a cambiar. En México, por ejemplo, los circos con animales están prohibidos desde julio de 2015. Sin embargo, debemos aceptar que estas nuevas regulaciones necesitan reinventarse, algo que un circo alemán ha logrado con éxito profundo.
Circo alemán crea hologramas para no maltratar animales
Circus Roncalli ofrece una forma de apreciar seres asombrosos y salvajes sin lastimarlos, ya que se convirtió en la primera compañía en remplazar animales por imponentes hologramas. Este espectáculo empezó en 1976 gracias a Berhard Pauly y André Heller, y aunque en un inicio sólo usaban caballos, años después decidieron dejar de usar cualquier tipo de vida salvaje en sus shows y mostrar animales en el circo de una manera más poética y moderna.
Fue con esta idea que en marzo de 2018 el circo estrenó el primer espectáculo de hologramas de peces, caballos e incluso elefantes. Para crear cada proyección se utilizaron imágenes de 360 grados de los animales, todas en una resolución de 13 mil por 1900 pixeles. Para esto se necesitaron 11 proyectores láser ubicados de forma estratégica alrededor de la carpa de 32 metros de diámetro.
Markus Strobl fue el director digital encargado de hacer realidad este show. Una tarea que logró gracias a su equipo de 15 diseñadores 3D y varios ingenieros de software, quienes lograron que los animales en el escenario imitaran los movimientos de los especímenes reales de la forma más fidedigna posible para así mejorar la experiencia de inmersión del espectador, todo sin que ningún tigre, pez, cebra o elefante sufriera daño alguno.
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