Hay países que cuentan con un sitio tan popular que parece ser su única atracción. Jordania es uno de esas naciones. Prácticamente todos los viajeros que llegan al reino lo hacen con una sola cosa en mente: visitar Petra. Las ruinas de la legendaria ciudad perdida en el desierto son unos de los sitios arqueológicos más impresionantes del planeta.
Aunque Petra fue nombrada como una de las nuevas siete maravillas del mundo, las arenas del reino de Jordania esconden otros sitios tan increíbles como la antigua ciudad de los nabateos. Localizado al sur del país, el desierto de Wadi Rum es uno de esos lugares. Sus arenas rojas y caprichosas formaciones rocosas lo vuelven uno de los paisajes desérticos más alucinantes del mundo.
Caprichos de piedra y color
Jordania se localiza en el Medio Oriente y es uno de los 10 países más secos del mundo. Comparte frontera con Siria, Irak, Arabia Saudita, Israel, Cisjordania y el Mar Muerto. Wadi Rum se localiza dentro de una cuenca, y de hecho el vocablo Wadi en árabe se usa para designar cauces de ríos que ahora están secos.
Aunque pertenece al desierto arábigo, la característica principal de Wadi Rum es su color rojo. Esto se debe a que tanto la arena como las montañas contienen una gran cantidad de óxido de carbono. A lo largo del día los tonos van cambiando y los colores pueden pasar del naranja al rosado pasando por el amarillo y el ocre.
Las formaciones rocosas son tan fantásticas como el los colores de la arena. Arcos y montañas de piedra emergen como espejismos. Aparte de su belleza natural, el desierto también alberga petroglifos y sitios arqueológicos. Los nabateos (el mismo pueblo que construyó Petra) también dejaron su huella en Wadi Rum.
Caravanas de camellos… o 4X4
La mejor manera de recorrer el lugar es con una 4×4 y la mejor hora para visitarlo es al amanecer y al anochecer. La luz del sol en estos momentos del día hace que las tonalidades de la arena y las rocas resplandezcan de una manera impresionante. Al atardecer, cuando el sol ya no está en lo alto, también se pueden hacer caminatas. Ya sea en camioneta o a pie, es imposible no ver camellos a lo largo de la ruta.
Tan pronto y como cae la noche, la atención pasa del desierto al cielo. Al ponerse el sol, Wadi Rum se cubre con oscuridad y se vuelve un sitio inmejorable para ver las estrellas. En estos casos lo mejor es pasar la noche en un campamento tradicional beduino. Tiendas son montadas a la mitad del desierto, y las carpas son decoradas con telas y cojines que parecen sacados de un cuento de las Mil y una noches.
Cómo llegar
Wadi Rum se localiza en la parte sur del país, a 320 km de Amán, a 120 km de Petra y cerca de la frontera con Arabia Saudita. Para llegar desde Amán (la capital jordana) se pueden tomar dos caminos. El más corto es por la autopista del desierto y el trayecto dura 4 horas. Sin embargo, la ruta por la autopista de los reyes ofrece las mejores vistas panorámicas, aunque el camino dura 6 horas.
El mejor momento para visitar Wadi Rum es durante la primavera y el otoño. Siendo un desierto, su temperatura es extremosa y el verano es muy caluroso, mientras que durante el invierno es sumamente frío.
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