A inicios del siglo XVI, cuando el arte del Quattrocento evolucionaba hacia el Renacimiento, la escena del arte religioso en Italia estaba dominada por Rafael Sanzio y Miguel Ángel, los exponentes mas relevantes del arte sacro. Estos artistas se encargaron de plasmar, mediante textiles y frescos, las escenas más icónicas y significativas del catolicismo en la Capilla Sixtina, ubicada en el corazón de la Ciudad del Vaticano.
Sin embargo, los tapices de Rafael no duraron mucho tiempo en exhibición. Según explica la curadora Alessandra Rodolfo, el último registro que se tiene de dichas piezas colgadas en ese recinto data de finales del siglo XVI. La buena noticia es que los textiles regresaron a la Capilla Sixtina para conmemorar los 500 años de la muerte de Sanzio.
Una breve pero insólita exposición
El equipo de los Museos del Vaticano decidió revivir la decoración que reinaba en la Capilla Sixtina a principios de los años 1500, de ahí que del 17 al 23 de febrero todo aquel que visite el recinto podrá admirarlos. La razón por la que durará sólo seis días es porque las piezas están constantemente en préstamo con otros museos; además de su delicadeza, que constantemente demanda minuciosos trabajos de restauración.
La serie se compone de una docena de obras. De ellas, 10 miden 4 x 5 metros y se enfocan en la vida de los apóstoles San Pedro y San Pablo y en escenas del libro Hechos de los Apóstoles, el quinto tomo del Nuevo Testamento.
La historia de los tapices de Rafael
Fue el papa León X quien, en 1515, comisionó a Rafael Sanzio la creación de siete de estos tapices para adornar las paredes de la Capilla Sixtina. Con esta tarea, el artista se dedicó a crear numerosos bocetos (los siete correspondientes a los tapices pertenecen actualmente al Victoria & Albert Museum en Londres). Para el trabajo textil, el italiano acudió al estudio del experto Pieter van Aelst en Bruselas, quien optó por entrelazar fibras de seda, lana e hilos de oro y plata para crear los tablones.
Finalmente, en 1519 se colocaron en la Iglesia de San Estaban de los Abisinios, pocos meses antes de que Rafael falleciera en 1520 a causa de una fiebre a los 37 años. El resto de los tapices se realizaron tras su muerte, entre 1519 y 1521, según el modelo de sus bocetos.
Foto de portada: Musei Vaticani
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